¿Hablemos de nuestras arterias?
¿Geografía con arterias? Otra vez el Alzheimer del Chocho.
Washington es la capital de ese pequeñito país del norte que se llama Estados Unidos, esto es oficial, legal, declarado. Lo que no tiene esas formalidades y muchos lo sostienen y defienden a brazo partido es que Nueva York es la capital del mundo. Así, capital del mundo. Dentro de sus límites de ciudad tiene cerca de nueve millones de habitantes y su región metropolitana, algo como Las Condes y Pudahuel, San Miguel y Huechuraba a Santiago, la región metropolitana de Nueva York tiene treinta millones de habitantes. En ese lugar se ha prohibido, repetimos prohibido, el uso de grasas trans en la alimentación humana. Si usted lee o escucha el término “Ácidos grasos trans” es la misma cosa. Dicha prohibición anunciada algunos meses antes comenzó a regir con todo su rigor el 1 de julio. .Esas grasas tan terminantemente vetadas las produce la industria agregando hidrógeno a grasas y aceites comunes por los siguientes motivos: Aumentan la durabilidad de los alimentos evitando que se enrancien. El dorado y el crujiente de las papitas fritas que tanto gustan, posiblemente usted las consume con deleite, tienen ese aspecto y sonido por la grasa trans. Las galletas y muchos alimentos de repostería, los helados, alfajores y bollos, algunas margarinas, las salsas y la mayoría de los componentes de larga duración que usamos para la mejor presentación y sabor de las preparaciones en la cocina tienen grasas trans. Todas en pequeñas cantidades. Sume esas pequeñeces en todas sus comidas diarias y todos los días, el total diario, seguramente, excede el máximo considerado no peligroso. Ya le hablaremos del resultados estadísticos a nivel mundial Se nos quedaban afuera las hamburguesas y toda la apetitosa serie de comidas rápidas que tienen grasa trans en sus componentes y cuyo consumo permite hablar de millones de unidades.
Después de enumerar los beneficios que el uso de la pobrecita grasa trans proporciona, su eliminación parece cosa de locos.
Ocluyen las arterias lenta, callada, insidiosamente. Debemos, tenemos la obligación de repetirlo: OCLUYEN LAS ARTERIAS sin que usted lo note. Y esa oclusión causa accidentes vasculares diversos. Cada año los accidentes cardiovasculares acaban con la vida de 17,5 millones de personas.
Chocherías conoce el argumento irrazonable, dañino, usado por algunos: “De algo hay que morirse”. Esos 17 y medio millones de personas llegaron a la muerte después de largo tiempo, a veces varios años viviendo unicamente para asistir a controles médicos, exámenes de la más variada índole, clínicos, radiológicos, registros de esfuerzo, registros de presión y pulso, portando aparatos pegados a su cuerpo por 24 o 48 horas y muchos de los millones de personas aludidas vivieron postrados en cama o en silla de ruedas. De algo hay que morirse, al nacer dimos nuestro primer paso hacia la muerte. La calidad de vida depende de múltiples factores muchos inaccesibles a nuestra capacidad de manejo y algunos, tal como este que comentamos podemos interesarnos en controlarlo.
Quienes, por desconocimiento, por incredulidad, por indiferencia o por falta de apoyo solidario van a completar este año esa enorme cifra estadística o van a integrar la del próximo año tienen en este momento una pésima calidad de vida. Defiéndase, lea las etiquetas de todos los productos alimenticios elaborados. Los términos grasas trans o grasas saturadas le están diciendo “No me compres” Los fabricantes cumplen con los mínimos, usted puede consumir muchos mínimos y totalizar un ¡Peligroso!
Si la etiqueta del producto que tiene en sus manos informa de sus componentes en letra tan pequeña que es imposible leerla ¡hágase cargo! Le están haciendo una trampa, haciendo imposible la lectura de las peligrosas grasas saturadas y grasas trans. Si no puede leer la etiqueta busque otro producto que si le informe de sus componentes.
¿Cree usted que este artículo, que está terminando de leer, tan básico y primario, puede contribuir a la buena calidad de vida de una persona que usted estima o ama? Déle a leer este Chocherías o, si le es posible sáquele fotocopia y se lo regala.