Cumplimos seis años.
¿Chocherías? cumple 6 años, su primer número fue publicado en septiembre del 2003, en 4 páginas y solamente para el club adulto mayor “Los Años Dorados” de la población San Pedro de Rancagua.
En aquella época usaba el computador sólo como máquina de escribir y para distribuir los textos en las cuatro páginas tamaño especial obtuve, con gran suerte, la inestimable ayuda de una jovencita estudiante de informática que se convirtió en coproductora de ¿Chocherías? y tomó una decisión que me atemorizó, elevando el número de páginas a doce. Diseña la portada, añade ilustraciones a mis textos, busca en Internet relatos emotivos o ejemplares que puedan interesar a los adultos mayores y agrega humor, con el seudónimo de Bubo. Muchas veces los lectores me han dicho -Lo primero que leo es el humor de Bubo. Sin Évelyn Arévalo Salgado ¿Chocherías? no se produciría.
El año 2006 María Acevedo Devia, una temeraria dirigente de los Adultos Mayores que se había propuesto unificar los clubes de A. M. de la provincia y hacerlos entrar en la legalidad jurídica obteniendo para su UCAM una personería ministerial, lo que consiguió con gran esfuerzo, vio en ¿Chocherías? un posible factor de interés y provecho para los lectores de la tercera edad y obtuvo de la Caja de Compensación “Los Héroes” un auspicio que permitió hacer llegar la revistita a todas las comunas de la provincia.
En Rancagua Rosita Córdoba Vidal se encarga de la distribución y junto con la entrega del ejemplar recoge opiniones, comentarios y críticas que permiten hacer de ¿Chocherías? una suerte de publicación en familia. La crónica Bosnia y Herzegovina fue petición de una lectora que deseaba leer con calma lo que en televisión, para ella, era muy rápido. Botones y Ojales satisfizo el deseo de otra que deseaba leer de algo que nos entroncara con el pasado. Tontín convenció a un par de adultas mayores a iniciarse en el uso del celular escribiendo medio en serio, medio en broma su propio inicio con tan moderno artefacto digital. Contamos con varios entusiastas colaboradores que nos aportaron temas de interés para el adulto mayor. Para nosotros los momentos cumbres han sido dos relatos que informan el actuar de adultas mayores excepcionales, las dos ancianas atabaskan publicadas en octubre y noviembre del año 2008 y la increíble hazaña de María Amelia López en el número inmediatamente anterior a éste.
El descubrimiento y agrupación de nueve señoras, de cuatro comunas de la provincia, con inquietudes literarias y que publicaron un libro, también con auspicio de la Caja de Compensación Los Héroes, fue otro gran motivo de orgullo para ¿Chocherías?
A fines del año 2007 en una campaña de promoción por la lectura entre los adultos mayores se consiguió interesar a varios socios y socias del Club Cardenal Silva Henríquez, de Codegua, a incursionar por la literatura y ¿Chocherías? en la edición de diciembre del año mencionado publicó siete colaboraciones interesantes, correctamente escritas y Alicia Aránguiz, de sesenta años, impacta relatando su entusiasta e infaltable asistencia a clases –a patita pelada.
En el año 2008, con la misma finalidad, se efectuó una visita al Club Las Cuatro Mercedes, del sector rural de Codegua y ¿Chocherías? en su edición de septiembre publica tres colaboraciones destacando la de Gloria Cornejo, analfabeta que dictó su celebrado y original aporte a una nietecita.
Cuando entregaba en mi club el primer número de ¿Chocherías? en el lejano septiembre del 2003 llegó a mi recuerdo las varias veces que había visto el primer número, acción, inauguración o presentación de algo que quedó sólo en eso, se mostró una vez y murió. Mentalmente me hice el propósito de llegar, por mucho que me costara, a un número determinado de ejemplares y sin saber de donde ni por que me apareció el número 33 y con esa meta continué, fuera como fuese tendría que llegar a 33 ediciones. Doblé la meta. Confieso cansancio. También son muchos los años que he vivido, Évelyn manifestó, hace ya bastante tiempo, que cuando esto ocurriera ella tomaría la antorcha. Ahora, con un trabajo exigente, casada y con una maternidad a corto plazo, ¿podrá?
Mi gran pena. Durante estos seis años, por mucho que intenté que otros clubes iniciaran su propia publicación mostrándoles tres hojas tamaño oficio, en blanco, dobladas por la mitad con el discurso: “Ustedes tienen capacidad de más para llenar estas sencillas hojitas con escritos” El Club Cardenal Silva Enríquez mostró firme disposición a iniciar su propia revistita y después alguna “mano negra y lengua mentirosa” los desanimó y perjudicó. Ellos debieran estar destacándose entre los clubes de la provincia con una publicación para la que tenían y tienen condiciones y capacidad.
Una espléndida noticia: Evelyn acepta continuar con la publicación de ¿Chocherías? Pido para ella la colaboración, apoyo y comprensión que me han brindado durante estos seis años. Gracias.
En aquella época usaba el computador sólo como máquina de escribir y para distribuir los textos en las cuatro páginas tamaño especial obtuve, con gran suerte, la inestimable ayuda de una jovencita estudiante de informática que se convirtió en coproductora de ¿Chocherías? y tomó una decisión que me atemorizó, elevando el número de páginas a doce. Diseña la portada, añade ilustraciones a mis textos, busca en Internet relatos emotivos o ejemplares que puedan interesar a los adultos mayores y agrega humor, con el seudónimo de Bubo. Muchas veces los lectores me han dicho -Lo primero que leo es el humor de Bubo. Sin Évelyn Arévalo Salgado ¿Chocherías? no se produciría.
El año 2006 María Acevedo Devia, una temeraria dirigente de los Adultos Mayores que se había propuesto unificar los clubes de A. M. de la provincia y hacerlos entrar en la legalidad jurídica obteniendo para su UCAM una personería ministerial, lo que consiguió con gran esfuerzo, vio en ¿Chocherías? un posible factor de interés y provecho para los lectores de la tercera edad y obtuvo de la Caja de Compensación “Los Héroes” un auspicio que permitió hacer llegar la revistita a todas las comunas de la provincia.
En Rancagua Rosita Córdoba Vidal se encarga de la distribución y junto con la entrega del ejemplar recoge opiniones, comentarios y críticas que permiten hacer de ¿Chocherías? una suerte de publicación en familia. La crónica Bosnia y Herzegovina fue petición de una lectora que deseaba leer con calma lo que en televisión, para ella, era muy rápido. Botones y Ojales satisfizo el deseo de otra que deseaba leer de algo que nos entroncara con el pasado. Tontín convenció a un par de adultas mayores a iniciarse en el uso del celular escribiendo medio en serio, medio en broma su propio inicio con tan moderno artefacto digital. Contamos con varios entusiastas colaboradores que nos aportaron temas de interés para el adulto mayor. Para nosotros los momentos cumbres han sido dos relatos que informan el actuar de adultas mayores excepcionales, las dos ancianas atabaskan publicadas en octubre y noviembre del año 2008 y la increíble hazaña de María Amelia López en el número inmediatamente anterior a éste.
El descubrimiento y agrupación de nueve señoras, de cuatro comunas de la provincia, con inquietudes literarias y que publicaron un libro, también con auspicio de la Caja de Compensación Los Héroes, fue otro gran motivo de orgullo para ¿Chocherías?
A fines del año 2007 en una campaña de promoción por la lectura entre los adultos mayores se consiguió interesar a varios socios y socias del Club Cardenal Silva Henríquez, de Codegua, a incursionar por la literatura y ¿Chocherías? en la edición de diciembre del año mencionado publicó siete colaboraciones interesantes, correctamente escritas y Alicia Aránguiz, de sesenta años, impacta relatando su entusiasta e infaltable asistencia a clases –a patita pelada.
En el año 2008, con la misma finalidad, se efectuó una visita al Club Las Cuatro Mercedes, del sector rural de Codegua y ¿Chocherías? en su edición de septiembre publica tres colaboraciones destacando la de Gloria Cornejo, analfabeta que dictó su celebrado y original aporte a una nietecita.
Cuando entregaba en mi club el primer número de ¿Chocherías? en el lejano septiembre del 2003 llegó a mi recuerdo las varias veces que había visto el primer número, acción, inauguración o presentación de algo que quedó sólo en eso, se mostró una vez y murió. Mentalmente me hice el propósito de llegar, por mucho que me costara, a un número determinado de ejemplares y sin saber de donde ni por que me apareció el número 33 y con esa meta continué, fuera como fuese tendría que llegar a 33 ediciones. Doblé la meta. Confieso cansancio. También son muchos los años que he vivido, Évelyn manifestó, hace ya bastante tiempo, que cuando esto ocurriera ella tomaría la antorcha. Ahora, con un trabajo exigente, casada y con una maternidad a corto plazo, ¿podrá?
Mi gran pena. Durante estos seis años, por mucho que intenté que otros clubes iniciaran su propia publicación mostrándoles tres hojas tamaño oficio, en blanco, dobladas por la mitad con el discurso: “Ustedes tienen capacidad de más para llenar estas sencillas hojitas con escritos” El Club Cardenal Silva Enríquez mostró firme disposición a iniciar su propia revistita y después alguna “mano negra y lengua mentirosa” los desanimó y perjudicó. Ellos debieran estar destacándose entre los clubes de la provincia con una publicación para la que tenían y tienen condiciones y capacidad.
Una espléndida noticia: Evelyn acepta continuar con la publicación de ¿Chocherías? Pido para ella la colaboración, apoyo y comprensión que me han brindado durante estos seis años. Gracias.
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