Un Adiós y una ceremonia.
El corresponsal de El Rancahuaso, Felipe Caneo, también gran amigo de las Chochas, consiguió interesar al colegio Marcela Paz en realizar un concurso literario denominado “Se Tú La Futura Marcela Paz” obteniendo sus vencedoras ejemplares del libro “En Rucamábhida”. El colegio había realizado variadas competencias deportivas y culturales y tenía un apreciable número de vencedoras esperando sus medallas y diplomas y preparó un Acto para el mediodía del viernes 31 de julio
Ocurrió que la programación de la escuela se vio interferida por el lamentable fallecimiento de una profesora, la señora Jimena Rubio, y la ceremonia debió realizarse sobriamente, sin cantos de las niñas ni bailes de las danzarinas y consistió en una breve y emotiva reseña de la profesora fallecida, persignarse, un Padre Nuestro y una Ave María. Fue impresionante el recogimiento y el fervor mostrado por cientos de niñas que dos minutos antes ensordecía y mareaba con su indomable vigor.
Luego anunciaron el saludo de las Chochas, encargado a la abuela Mariana que además recitó su poesía "Simplemente Mujer"
Luego la mención de la actividad que se premiaba, el llamado a las vencedoras, colgarles las medallas y llamar a las siguientes para finalizar con las ganadoras del concurso literario.
Éstas, en número de seis, recibieron su premio de manos de las escritoras.
El sobrio Acto humedeció algunos ojos y quedará en el recuerdo de nuestro grupo como un emocionante encuentro de la niñez con la vejez. El inicio y el fin de la vida enlazados por el bello arte de poner por escrito pensamientos y sentimientos.
Por parte de El Rancahuaso asistió Felipe Caneo y por las Chochas Abuela Mariana, Mireya Medina, Nila Muñoz, Genoveva Abarca, Rosa Córdoba, Justina Miranda, Cristina Valenzuela. Gabriel Camus y José Flores.
De los numerosos trabajos presentados al concurso tomamos dos al azar para publicarlos, son los siguientes:
Mi triste vida. Constanza Gálvez Espinosa 8º año C.
Fue una tarde de domingo en que yo estaba muy feliz con mis amigos y compañeros de acuario. De pronto llegaron dos jóvenes, una niña y un muchacho grande, y empezaron a mirarnos, les llamamos la atención, no nos quitaban los ojos de encima, y el muchacho le propuso algo a la pequeña niña, la niña sin pensarlo 2 veces miro su monedero e hizo un gesto con su cabeza como diciendo que si.
Luego fueron a buscar a una joven que trabajaba ahí y le consultaron algo, que yo creo que era algo de alguna de nosotras, el precio, cuales eran macho o hembra, que comíamos. Etc.
Luego sentí que abrieron nuestro hogar acuático y metieron una mano, yo muy asustada escondí mi cabeza. Y no supe más hasta que de pronto estaba solo, en una caja, ya no era mi hogar, me asusté un poco y escondí mi cabeza, luego abrieron la caja y se asomó la misma muchacha que me simpatizó en mi hogar, cuando estaba con mis compañeros. Estuve aproximadamente 1 semana sin sacar mi cabeza. Después ya tomé confianza con mis amos y sacaba la cabeza y comía tranquilo.
Yo estaba feliz, en algún minuto llegué a pensar que era la tortuga más afortunada que podía existir, mis amos eran mi todo, me limpiaban, me alimentaban, me sacaban a tomar sol y a caminar.
Fue pasando el tiempo ya estaba más sucia, muerta de hambre, hace 2 semanas que no me sacaban, a veces pasaban 1 mes y semanas que no me limpiaban, estaba muy triste, mis ojitos no daban más, me ardían demasiado, ya casi no podía ver…
Hasta que llegó un día en que ya no vi más, no veía a mis amos, no veía la comida, chocaba con la roca, y estaba muerta de hambre. Ahí me empecé a intentar de escapar y así poder salir de ahí, salir y llegar a mi antiguo hogar, con mis amigos y compañeros de acuario, pero no lo logré, puesto que ya no veía nada y chocaba siempre, mi caparazón estaba débil, al igual que yo.
Pero al fin llegó mi hora, que fue lo más feliz de mi vida, puesto que descansé en paz, y me fui con otras tortugas volando al paraíso de las tortugas , el más hermoso.
Mi vida. Camila Valenzuela Mori 8º año C.
Cuando yo era chica encantaba ir a buscar a mi hermana con mi abuela al colegio. No cuando llovía yo siempre me iba a mojar pero un día iba pasando por una poza de agua y me mojé toda y a veces me caía en las pozas de agua y en el barro también me caía pero un día cuando iba al colegio yo iba mirando hacia atrás y choqué con un poste y también con los árboles me pasaba todos los días porque me encantaba un perro que todos los días estaba el perro que me gusta y lo quedé mirando y chocaba con el poste y los árboles hasta que unos días yo pasé y el perro lo habían atropellado y dejé de mirar hacia atrás hasta que apareció otro perro y me volvió a pasar lo mismo con el poste y los árboles hasta que me quedó un chichón y nunca volví a mirar hacia atrás a los perros y seguía metiéndome a las pozas de agua y saltar en el barro y siempre mi mamá me retaba cuando llegaba a ir a buscar a mi hermana al colegio
Ocurrió que la programación de la escuela se vio interferida por el lamentable fallecimiento de una profesora, la señora Jimena Rubio, y la ceremonia debió realizarse sobriamente, sin cantos de las niñas ni bailes de las danzarinas y consistió en una breve y emotiva reseña de la profesora fallecida, persignarse, un Padre Nuestro y una Ave María. Fue impresionante el recogimiento y el fervor mostrado por cientos de niñas que dos minutos antes ensordecía y mareaba con su indomable vigor.
Luego anunciaron el saludo de las Chochas, encargado a la abuela Mariana que además recitó su poesía "Simplemente Mujer"
Luego la mención de la actividad que se premiaba, el llamado a las vencedoras, colgarles las medallas y llamar a las siguientes para finalizar con las ganadoras del concurso literario.
Éstas, en número de seis, recibieron su premio de manos de las escritoras.
El sobrio Acto humedeció algunos ojos y quedará en el recuerdo de nuestro grupo como un emocionante encuentro de la niñez con la vejez. El inicio y el fin de la vida enlazados por el bello arte de poner por escrito pensamientos y sentimientos.
Por parte de El Rancahuaso asistió Felipe Caneo y por las Chochas Abuela Mariana, Mireya Medina, Nila Muñoz, Genoveva Abarca, Rosa Córdoba, Justina Miranda, Cristina Valenzuela. Gabriel Camus y José Flores.
De los numerosos trabajos presentados al concurso tomamos dos al azar para publicarlos, son los siguientes:
Mi triste vida. Constanza Gálvez Espinosa 8º año C.
Fue una tarde de domingo en que yo estaba muy feliz con mis amigos y compañeros de acuario. De pronto llegaron dos jóvenes, una niña y un muchacho grande, y empezaron a mirarnos, les llamamos la atención, no nos quitaban los ojos de encima, y el muchacho le propuso algo a la pequeña niña, la niña sin pensarlo 2 veces miro su monedero e hizo un gesto con su cabeza como diciendo que si.
Luego fueron a buscar a una joven que trabajaba ahí y le consultaron algo, que yo creo que era algo de alguna de nosotras, el precio, cuales eran macho o hembra, que comíamos. Etc.
Luego sentí que abrieron nuestro hogar acuático y metieron una mano, yo muy asustada escondí mi cabeza. Y no supe más hasta que de pronto estaba solo, en una caja, ya no era mi hogar, me asusté un poco y escondí mi cabeza, luego abrieron la caja y se asomó la misma muchacha que me simpatizó en mi hogar, cuando estaba con mis compañeros. Estuve aproximadamente 1 semana sin sacar mi cabeza. Después ya tomé confianza con mis amos y sacaba la cabeza y comía tranquilo.
Yo estaba feliz, en algún minuto llegué a pensar que era la tortuga más afortunada que podía existir, mis amos eran mi todo, me limpiaban, me alimentaban, me sacaban a tomar sol y a caminar.
Fue pasando el tiempo ya estaba más sucia, muerta de hambre, hace 2 semanas que no me sacaban, a veces pasaban 1 mes y semanas que no me limpiaban, estaba muy triste, mis ojitos no daban más, me ardían demasiado, ya casi no podía ver…
Hasta que llegó un día en que ya no vi más, no veía a mis amos, no veía la comida, chocaba con la roca, y estaba muerta de hambre. Ahí me empecé a intentar de escapar y así poder salir de ahí, salir y llegar a mi antiguo hogar, con mis amigos y compañeros de acuario, pero no lo logré, puesto que ya no veía nada y chocaba siempre, mi caparazón estaba débil, al igual que yo.
Pero al fin llegó mi hora, que fue lo más feliz de mi vida, puesto que descansé en paz, y me fui con otras tortugas volando al paraíso de las tortugas , el más hermoso.
Mi vida. Camila Valenzuela Mori 8º año C.
Cuando yo era chica encantaba ir a buscar a mi hermana con mi abuela al colegio. No cuando llovía yo siempre me iba a mojar pero un día iba pasando por una poza de agua y me mojé toda y a veces me caía en las pozas de agua y en el barro también me caía pero un día cuando iba al colegio yo iba mirando hacia atrás y choqué con un poste y también con los árboles me pasaba todos los días porque me encantaba un perro que todos los días estaba el perro que me gusta y lo quedé mirando y chocaba con el poste y los árboles hasta que unos días yo pasé y el perro lo habían atropellado y dejé de mirar hacia atrás hasta que apareció otro perro y me volvió a pasar lo mismo con el poste y los árboles hasta que me quedó un chichón y nunca volví a mirar hacia atrás a los perros y seguía metiéndome a las pozas de agua y saltar en el barro y siempre mi mamá me retaba cuando llegaba a ir a buscar a mi hermana al colegio
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