lunes, agosto 04, 2008

Cosas del banco… Autora Leslie.

Pepona se levantó y se dirigió al banco, tenía que llegar antes del cierre de este, como es dormilona se levantó justo a la hora así que tuvo que correr un poco, el motivo por el cual ella tenia que ir al banco era porque iba a cerrar su cuenta de ahorro joven , que le habían ofrecido cuando entró a la universidad a estudiar , esta cuenta no tenia cobro alguno, pero solo mientras ella no cumpliese 24 años que era la edad en que el banco pensaba que ella ganaría dinero
El gran problema era que a ella se le ocurrió ir a cerrar la cuenta tan solo tres días antes de cumplir sus 24 años, lo que ella nunca imaginó ni siquiera siendo el ser más pesimista era que al momento de llegar al banco “Cuide su platita”, se encontraría con la sorpresa de que el banco se había convertido en un delincuente y que le había robado su dinero, que si bien no era mucho, era harto para ella. Al hablar con el encargado Don Jacinto le dijo que su dinero no figuraba en su cuenta y al buscar la razón de lo ocurrido, le comentó que el banco en vista que ella no había hecho ningún movimiento en su cuenta le había confiscado su platita y lo había trasladado a una cuenta propia del banco y que para sacarla de ahí tenía que hacer muchos tramites burocráticos en el banco. La derivaron a hablar con la señora Alba Zanahoria, que era una señora muy empática y entendió todo el problema de Pepona , pero aparte de entenderla no le dio ninguna solución, ni tampoco le dio seguridad de que el banco le devolvería su dinero, ella se retiro indignada , furiosa , casi maldiciendo al mundo y pensó para ella misma que era un ser materialista, pero eso tampoco la hizo sentir menos rabia en contra de este nuevo delincuente disfrazado de buena institución que era el banco. Llegó a su casa y les contó su problema a sus padres y hermanas que se sorprendieron que el banco actuara así, si se supone que el banco cuida nuestro dinero y no lo roba, pero ella les dijo que no todo estaba perdido para ella ya que le habían dicho que tenia que ir otro día para ver que pasaba, porque tenían que remitir la información desde la sucursal en donde se encontraba el ejecutivo que abrió su cuenta
Al transcurso de algunos días volvió al banco, pero nuevamente la señora Alba Zanahoria le dijo que la entendía y comprendía su enojo por las molestias causadas, pero que aun así no tenia respuestas y tampoco la certeza de que le devolverían el dinero, Pepona se molesto y le dijo que porque ocurría esto, si era absurdo que el banco le quite su dinero, si los bancos están hechos para que uno guarde su dinero y que estaba muy molesta y que si era necesario ella hablaría con las autoridades pertinentes
La señora Alba Zanahoria, le preguntó si ella tenía un teléfono para llamarla y que cualquier novedad ella la llamaría, cosa que no sucedió
Trascurridos los días y sin ninguna noticia, Pepona va nuevamente al banco y la señora Alba, después de hacerla esperar mucho rato, le dice que la solución a su problema se resolvería si ella llenaba un formulario y que de esta forma el banco Cuide su platita, emitiría un vale vista a su nombre, con el monto que ella tenia, llenó el formulario y se fue a su casa, en el formulario decía que en cinco días hábiles tendría respuesta
Así que al paso de una semana, Pepona nuevamente se dirigió al banco y habló con Don Jacinto que le dijo que no había nada para ella, pero que iría a mirar por si acaso, mientras ella esperaba apareció la señora Alba y le dijo que no había nada, que casi había ido a perder el tiempo, en eso llegó el amable señor Jacinto con el vale vista en sus manos para felicidad de ella, pero su felicidad duró solo minutos cuando vio la fila kilométrica que tenia que hacer para cobrarlo, pero como quería salir ya de este “cacho” que resultó ser para ella que se armó de paciencia y tiempo, se puso a la fila y esperó que esta avanzara, después de eternos 30 minutos llegó a la meta y recibió su dinero, mientras esperaba llamó a su padre Don Citeo para que la pasara a buscar porque la muy flojota no tenía ganas de caminar y tampoco quería correr el riesgo que alguien la asaltara después de todo lo que había tenido que hacer en la lucha por su platita, pero para su desgracia quedaba un tramite más ¿cual? cerrar la cuenta la primera cosa, por la que ella fue al banco, Don Jacinto le facilitó un formulario para que así pudiese por fin desvincularse del banco al cual a esas alturas ya odiaba… después de firmar y finiquitar todo, le pasaron una copia de lo que firmó y ella por fin pudo irse feliz de la vida a esperar a su padre que demoró en llegar, pero que la llevó de regreso a su hogar.