Una profesora universitaria inició un nuevo proyecto entre sus alumnos.
A cada uno les dio cuatro moños [1] de color azul, todos  con la leyenda "ERES IMPORTANTE PARA MÍ", y les pidió que se pusieran uno.
Cuando todos lo hicieron, les dijo que eso era lo que ella pensaba de ellos.
Luego les explicó de qué se trataba el experimento:
Tenían que darle un moño a alguna persona  que fuera importante para ellos, explicándoles el motivo y dándole los otros  moños para que ellos hicieran lo mismo. El resultado esperado era ver  cuanto podía influir en las personas ese pequeño detalle.
Todos salieron de esa clase charlando a  quien darían sus listones [2]. Algunos mencionaban a sus padres, a sus hermanos o a sus  novios.
Pero entre aquellos estudiantes, había uno  que estaba lejos de casa. Este muchacho había conseguido una beca para esa  universidad y al estar lejos de su hogar, no podía dar ese moño a sus padres o a sus  hermanos. Pasó toda la noche pensando a quien daría ese listón.
Al otro día muy temprano tuvo la  respuesta. Tenia un amigo, un joven ejecutivo que lo había orientado para elegir su carrera y muchas veces lo asesoraba cuando las cosas no iban tan bien como él  esperaba. ¡Esa era la solución!. Saliendo de clases se dirigió al  edificio donde su amigo trabajaba. En la recepción pidió verlo. A su amigo  le extrañó, ya que el muchacho lo iba a ver después de que él salía de  trabajar, por lo que pensó que algo malo estaba sucediendo. Cuando lo vio en la  entrada, sintió alivio de que todo estuviera bien, pero a la vez le  extrañaba el motivo de su visita. El estudiante le explicó el propósito de su  visita y le entregó tres moños, le pidió que se pusiera uno y le dijo que "al estar lejos de casa, él era  el más indicado para portarlo "El joven ejecutivo se sintió halagado, no recibía  ese tipo de reconocimientos muy a menudo y prometió a su amigo  que seguiría con el experimento y le informaría de los resultados.
El joven ejecutivo regresó a sus labores y  ya casi a la hora de la salida, se le ocurrió una arriesgada idea: Le quería  entregar los dos moños restantes a su jefe. El jefe era una persona huraña  y siempre muy atareada, por lo que tuvo que esperar que estuviera "desocupado".
Cuando consiguió verlo, su jefe estaba  inmerso en la lectura de los nuevos proyectos de su departamento, la oficina estaba  repleta de informes y papeles.
El jefe solo gruñó "Que desea?”El joven  ejecutivo le explicó tímidamente el propósito de su visita y le mostró los dos moños.  El jefe, asombrado le preguntó "Por que cree usted que soy el mas  indicado para tener ese moño?". El joven ejecutivo le respondió que él lo admiraba por su capacidad y entusiasmo en los negocios, además que de el había aprendido bastante y estaba orgulloso de estar bajo su mando.
El jefe titubeó, pero recibió con agrado  los dos moños, no muy a menudo se escuchan esas palabras con sinceridad estando en  el puesto en el que el se encontraba. El joven ejecutivo se despidió  cortésmente del jefe y como ya era la hora de  salida, se fue a su casa.
El jefe, acostumbrado a estar en la  oficina hasta altas horas, esta vez se fue temprano a su casa. En la solapa llevaba uno de los moños y el  otro lo guardó en el bolsillo de su camisa. Se fue  reflexionando mientras manejaba rumbo a su casa. Su esposa se extrañó de  verlo entrar temprano y pensó que algo le había pasado, cuando le preguntó  si pasaba algo, él respondió que no pasaba nada, que ese día quería  estar con su familia.
La esposa se extrañó, ya que su esposo acostumbraba  llegar de mal humor.
El jefe preguntó "¿Dónde está nuestro  hijo?", La esposa solo lo llamó,  ya que estaba en el piso superior de la casa. El hijo bajó y el padre solo le dijo "Acompáñame". Ante la mirada extrañada de la  esposa, y del hijo, ambos salieron de la casa. El jefe era un  hombre que no acostumbraba gastar su "valioso tiempo" en su familia muy a menudo. Tanto el padre como el hijo se sentaron en el porche de la casa. El padre  miró a su hijo, quien a su vez lo miraba extrañado. Le empezó a decir  que sabia que no era un buen padre, que muchas veces, se perdió de aquellos momentos que sabia eran importantes.
Le mencionó que había decidido cambiar,  que quería pasar más tiempo con ellos, ya que su madre y él eran lo más importante  que tenia.
Le mencionó lo de los moños y su joven  ejecutivo. Le dijo que lo había pensado mucho, y quería darle el último moño a  él, ya que era lo más importante, lo más sagrado, para él, que el día que  nació, fue el más feliz de su vida y que estaba orgulloso de  él.
Todo esto mientras le prendía el moño que  decía "Eres importante para mi". El hijo, con lágrimas en los ojos le dijo:
"Papá, no se que decir, mañana pensaba  suicidarme porque pensé que no te importaba.” Te quiero papá, perdóname..."Ambos  lloraron y se abrazaron.
El experimento de la profesora dio resultado, había  logrado cambiar no una, sino varias vidas, con solo expresar lo que sentía... 
Ese es el poder de uno...
Expresar lo que sientes y darle valor a  los detalles de la gente que te ama. Por eso tú para mí... “Eres muy Importante". Se necesita solo de un minuto para que te  fijes en alguien, una hora para que te guste, un día para quererlo, pero se necesita  toda una vida para que lo puedas olvidar.
[1]Moño  1º Atado o rodete hecho con el cabello para tenerlo recogido o por        adorno.
              2º  Lazo hecho de cintas.
              3º  Grupo de plumas que sobresale en la cabeza de algunas aves.       
[2]Listón 1º Cinta de seda más estrecha que dos o tres dedos de ancho
              2º Trozo estrecho de tabla.
                         Tomado de Internet por Bubo.