martes, agosto 04, 2009

Doctoras

Cierto día, una mujer llamada Anne fue a renovar su licencia de conducción. Cuando le preguntaron cual era su profesión, ella dudó. No sabía bien como clasificarse.
El funcionario insistió: “Lo que le pregunto es si tiene un trabajo”."Claro que tengo un trabajo", exclamó Anne. "Soy madre."
"Nosotros no consideramos eso un trabajo. Voy a colocar ama de casa", dijo el funcionario fríamente.
Una amiga suya, llamada Marta supo lo ocurrido y quedó pensando al respecto durante algún tiempo. Un determinado día ella se encontró en una situación idéntica. La persona que la atendió era una funcionaria de carrera, segura, eficiente. El formulario parecía enorme, interminable.
La primera pregunta fue: “¿Cual es su ocupación?" Marta pensó un poco y sin saber bien como, respondió: "Soy doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas."
La funcionaria hizo una pausa y Marta tuvo que repetir pausadamente, enfatizando las palabras más significativas.
Después de tener anotado todo, la joven quiso indagar. "Puedo preguntar, “¿Qué es lo que la señora hace exactamente?”
Sin un trazo de agitación en la voz, con mucha calma, Marta explicó: "Desarrollo un programa a largo plazo, dentro y fuera de casa." Pensando en su familia, ella continuó: "soy responsable por un equipo y ya recibí cuatro proyectos. Trabajo en régimen de dedicación exclusiva. La gran exigencia es de 14 horas por día, a veces hasta 24 horas.”
A medida que ella iba describiendo sus responsabilidades, Marta notó el creciente tono de respeto en la voz de la funcionaria.
Cuando regresó a su casa, Marta fue recibida por su equipo: una niña de 13 años, otra de 7 y otra de 3. Subiendo a las alcobas de la casa, ella pudo oír a su más nuevo proyecto: un bebé de seis meses, probando una nueva tonalidad de voz. Feliz, Marta tomó al bebé en sus brazos y pensó en la gloria de la maternidad, con sus multiplicadas responsabilidades y horas interminables de dedicación.
"Mamá donde está mi zapato, Mamá, me ayudas a hacer un lazo? Mamá, el bebé no para de llorar. Mamá, me buscas al finalizar el colegio? Mamá, vas a asistir mañana a mi baile? Mamá, vas de compras? Mamá....”
Sentada en la cama, Marta pensó: “Soy la Doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas, y qué serían las abuelas? Y luego descubrí un título para ellas: Doctoras-mayores en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas. A las bisabuelas, doctoras ejecutivas mayores. A las tías, doctoras-asistentes. Y a todas las mujeres, madres, esposas, amigas y compañeras: doctoras en el arte de hacer la vida mejor. En un mundo donde se le da tanta importancia a los títulos, en que se exige siempre mayor especialización en el área profesional, vuélvase una especialista en el arte de amar.

Viejitos Adultos Mayores de la Tercera Edad ¡Atención!

No soy un científico ni un especialista, solamente un lector cuidadoso y en este artículo relato lo que me ha sucedido, lo que he investigado en Internet y algunos comentarios personales.
Atención a los contradictores que pueden hacerse presentes, entre ellos podrá estar algún sincero partidario de la verdad que vea lo que yo no he visto, los que tengan intereses en la industria de los alimentos y los infaltables contradictores que preguntan ¿De que están conversando “pa” oponerme?
Se me puede acusar de alarmista. Estoy en busca de la verdad porque veo posibilidades ciertas de daños al adulto mayor, si por ello algunos se alarman podría significar que están dispuestos a cuidarse y eludir posibles riesgos por acciones que están echando dinero en bolsillos ajenos. El punto de partida de todo esto fue que me “pillé” a mi mismo comiendo grasa de cerdo engañado por etiquetas que lucían las palabras Ave y Pollo en caracteres destacados.
El uso continuado y a veces cotidiano de algunos vocablos nos lleva a perder de vista la real importancia de su significado, como ocurre con la palabra Vital: indispensable para la vida. La sucesión de nuestros “vitales” son 1º-aire, 2º-agua y 3º-comida. Con relación a este tercero nuestro el descuido es francamente deplorable, por lo común tragamos lo que sea si está contenido en sobres, cajas, tarros o frascos siempre que su sabor sea de nuestro agrado.
Me gusta reforzar muchos sabores agregando ají. El comino y la pimienta los desterré hace bastantes años cuando en una revista leí que los países latino americanos con menor incidencia de úlceras gástricas y de padecimientos digestivos en general, eran Perú y México que lucían la característica de ser los mayores consumidores de ají. .Deduje que por algo la naturaleza nos provee a nosotros de ají y a los asiáticos de esas especias. Acostumbro agregar a mis comidas crema de ají que venden en frascos de 240 gramos y me preocupó la lista de sus ingredientes, que usted puede verificar si se ayuda con una lupa y tiene el interés, que nos convendría tener, por informarnos en lo qué estamos metiendo al interior de nuestros cuerpos.
Ají rojo chileno, sal, vinagre, Carboximetilcelulosa, Ácido cítrico, Benzoato de sodio, Sorbato de potasio, Metabisulfito de sodio, Ácido ascórbico, Colorante natural caramelo.
Para comer ají debo tragar nueve, ¡nueve! agregados, algunos con nombres impronunciables de elementos absolutamente desconocidos, Para leer la información debí usar una lupa. ¿Me hago problemas cuando basta comer ají natural? En este caso particular tengo otra solución, comer ají tal como lo comieron Lautaro, Caupolicán, Fresia y Guacolda, se vende con el nombre de merkén, ají cacho de cabra molido asociado con cilantro. Esta vez no es un agregado de laboratorio, es una combinación de dos vegetales naturales. Esta solución natural y agradable no está presente en cientos de alimentos procesados en fábricas y cabe preguntarse ¿son todos esos agregados inofensivos a todas las personas en el corto y el largo plazo? ¿qué explicación tiene para nosotros, legos en estos menesteres químico-alimentarios a la vez que consumidores casi obligados, el aditamento de tales productos industriales?.
Por desgracia no todos los alimentos de preparación industrial tienen un merkén de alternativa.
Una ligera información de los nueve químicos que he estado tragando porque deseo comer ají:
La carboximetilcelulosa se usa para mejorar la dispersión de la arena en el cemento. Se usa con los detergentes para evitar que la grasa eliminada de los tejidos vuelva a pegarse en ellos. La usa la industria papelera, la agricultura en pesticidas, esta presente en adhesivos, cosméticos, plásticos y un sinfín más.
En los alimentos se usa para espesar. Esto significaría que al ají le echarían agüita para que cunda y luego lo espesan con carboximetilcelulosa para hacerme leso.
Para no repetir la palabrita diremos la CMC no es metabolizada por el cuerpo humano, viaja por dentro de nosotros engañándonos y sale tal cual. Espesa helados, tortas, postres, mayonesas y la lista es larguísima
Si he interpretado bien, sólo así, la CMC es una forma de almidón vegetal. Esto tranquiliza en cuanto a toxicidad . Lo del engaño, aumentar los volúmenes ya lo comentamos.
El ácido cítrico se usa como antioxidante, se obtiene, principalmente, de limones y naranjas.
El ácido ascórbico es vitamina C, también se usa como antioxidante.
El Benzoato de Sodio es conservante de alimentos. Tóxico en cantidades elevadas. Mata la mayoría de las levaduras, bacterias y hongos.
Usado junto con el ácido ascórbico puede formar Benceno que es productor de cáncer.
El Benzoato es peligroso por dos lados. Tóxico en cantidades elevadas, indudable que cada alimento porta una cantidad autorizada. El asunto es que podemos comer varios distintos alimentos con Benzoato durante el día y durante varios días y la suma resultar elevada y peligrosa.
Combinado con vitamina C puede formar el cancerígeno Benceno. La salsa de ají en crema que comento lleva ambos, Benzoato de sodio y Acido ascórbico. El funcionario que autorizó esta mezcla está jugando a la ruleta rusa con los consumidores que le pagan el sueldo. Para que la transformación de Benzoato a Benceno ocurra deben concurrir calor, luz y exceder fecha de vencimiento. El frasco que estoy consumiendo estaba a plena luz en la estantería y el ambiente no era de refrigerador.
El Sorbato de Potasio es conservante matahongos y matabacterias. No encontré descritos daños al organismo humano...
El Metabisulfito de Sodio de amplio uso industrial, al igual que la carboximetilcelulosa y otras de las substancias agregadas a mi crema de ají se usa como antioxidante en la preparación de vegetales y jugos de frutas.
Es irritante para los ojos y las mucosas.
Inhalado causa daño al estómago e intestinos.
En personas asmáticas o sensibles a esta sustancia causa alergias.
El Colorante Caramelo Se le añade la palabra “Natural” en circunstancias que cada alimento trae su propio color. Se obtiene calentando alguna forma de azúcar. .Su uso está autorizado casi sin limitaciones.
En algunas combinaciones y condiciones de preparación puede producir un componente tóxico que afecta al sistema inmunológico. En lenguaje cotidiano es: bajar las defensas del cuerpo.
Note que lleva varios minutos leyendo de un alimento que siempre usamos natural, freso o seco, solo o asociado a otros alimentos, si al sencillo ají le agregan nueve Quím. ¿Qué ocurrirá con la enorme variedad que la industria prepara para que traguemos? Parece que está siendo absolutamente necesario un cambio de actitud nuestra en los templos del consumismo. Portar una lupa y esforzarnos por leer lo que informan los envoltorios, reclamar por los ilegibles. Cambiar impresiones y conocimientos acerca de los alimentos estamos adquiriendo para meter dentro de nosotros. Hacerlo todos en todos los supermercados. Convencer a los parlamentarios que la ley que dispone informar a los consumidores se burla de nosotros, y de ellos, con el tamaño de la letra, con las combinaciones de colores en la impresión que imposibilitan la lectura, que el uso de nombres químicos impronunciables y absolutamente desconocidos hacen desistir de la lectura.
Cuando se perfeccione la ley, ¿Por qué debe y va a perfeccionarse ¿verdad? conversar los legisladores con la ciudadanía, surgirán ideas prácticas y útiles. No sabemos como pueden llamarse nuestros representantes si el contacto es inexistente. Cuando se fijen las nuevas reglas respecto a tamaños de las letras y la combinación de colores recordar a los muchos miles de adultos mayores de mala vista y “poca lectura” Hay miles y miles cuya instrucción quedó en cuarta preparatoria porque ese era el límite de la escuela, aún así deben ser informados si lo que compran para comer los pone en algún riesgo. Ellos igual son contribuyentes, también aportan para cancelar sueldos parlamentarios. ¿De mal gusto esta frase? De un estudio acucioso puedes salir la determinación de impedir el uso tan amplio de los conservantes y antioxidantes, menor duración en los plazos de vencimiento anteponiendo el interés humano al interés fabril.

Un Adiós y una ceremonia.

El corresponsal de El Rancahuaso, Felipe Caneo, también gran amigo de las Chochas, consiguió interesar al colegio Marcela Paz en realizar un concurso literario denominado “Se Tú La Futura Marcela Paz” obteniendo sus vencedoras ejemplares del libro “En Rucamábhida”. El colegio había realizado variadas competencias deportivas y culturales y tenía un apreciable número de vencedoras esperando sus medallas y diplomas y preparó un Acto para el mediodía del viernes 31 de julio
Ocurrió que la programación de la escuela se vio interferida por el lamentable fallecimiento de una profesora, la señora Jimena Rubio, y la ceremonia debió realizarse sobriamente, sin cantos de las niñas ni bailes de las danzarinas y consistió en una breve y emotiva reseña de la profesora fallecida, persignarse, un Padre Nuestro y una Ave María. Fue impresionante el recogimiento y el fervor mostrado por cientos de niñas que dos minutos antes ensordecía y mareaba con su indomable vigor.
Luego anunciaron el saludo de las Chochas, encargado a la abuela Mariana que además recitó su poesía "Simplemente Mujer"
Luego la mención de la actividad que se premiaba, el llamado a las vencedoras, colgarles las medallas y llamar a las siguientes para finalizar con las ganadoras del concurso literario.
Éstas, en número de seis, recibieron su premio de manos de las escritoras.
El sobrio Acto humedeció algunos ojos y quedará en el recuerdo de nuestro grupo como un emocionante encuentro de la niñez con la vejez. El inicio y el fin de la vida enlazados por el bello arte de poner por escrito pensamientos y sentimientos.
Por parte de El Rancahuaso asistió Felipe Caneo y por las Chochas Abuela Mariana, Mireya Medina, Nila Muñoz, Genoveva Abarca, Rosa Córdoba, Justina Miranda, Cristina Valenzuela. Gabriel Camus y José Flores.
De los numerosos trabajos presentados al concurso tomamos dos al azar para publicarlos, son los siguientes:

Mi triste vida. Constanza Gálvez Espinosa 8º año C.

Fue una tarde de domingo en que yo estaba muy feliz con mis amigos y compañeros de acuario. De pronto llegaron dos jóvenes, una niña y un muchacho grande, y empezaron a mirarnos, les llamamos la atención, no nos quitaban los ojos de encima, y el muchacho le propuso algo a la pequeña niña, la niña sin pensarlo 2 veces miro su monedero e hizo un gesto con su cabeza como diciendo que si.
Luego fueron a buscar a una joven que trabajaba ahí y le consultaron algo, que yo creo que era algo de alguna de nosotras, el precio, cuales eran macho o hembra, que comíamos. Etc.
Luego sentí que abrieron nuestro hogar acuático y metieron una mano, yo muy asustada escondí mi cabeza. Y no supe más hasta que de pronto estaba solo, en una caja, ya no era mi hogar, me asusté un poco y escondí mi cabeza, luego abrieron la caja y se asomó la misma muchacha que me simpatizó en mi hogar, cuando estaba con mis compañeros. Estuve aproximadamente 1 semana sin sacar mi cabeza. Después ya tomé confianza con mis amos y sacaba la cabeza y comía tranquilo.
Yo estaba feliz, en algún minuto llegué a pensar que era la tortuga más afortunada que podía existir, mis amos eran mi todo, me limpiaban, me alimentaban, me sacaban a tomar sol y a caminar.
Fue pasando el tiempo ya estaba más sucia, muerta de hambre, hace 2 semanas que no me sacaban, a veces pasaban 1 mes y semanas que no me limpiaban, estaba muy triste, mis ojitos no daban más, me ardían demasiado, ya casi no podía ver…
Hasta que llegó un día en que ya no vi más, no veía a mis amos, no veía la comida, chocaba con la roca, y estaba muerta de hambre. Ahí me empecé a intentar de escapar y así poder salir de ahí, salir y llegar a mi antiguo hogar, con mis amigos y compañeros de acuario, pero no lo logré, puesto que ya no veía nada y chocaba siempre, mi caparazón estaba débil, al igual que yo.
Pero al fin llegó mi hora, que fue lo más feliz de mi vida, puesto que descansé en paz, y me fui con otras tortugas volando al paraíso de las tortugas , el más hermoso.

Mi vida. Camila Valenzuela Mori 8º año C.

Cuando yo era chica encantaba ir a buscar a mi hermana con mi abuela al colegio. No cuando llovía yo siempre me iba a mojar pero un día iba pasando por una poza de agua y me mojé toda y a veces me caía en las pozas de agua y en el barro también me caía pero un día cuando iba al colegio yo iba mirando hacia atrás y choqué con un poste y también con los árboles me pasaba todos los días porque me encantaba un perro que todos los días estaba el perro que me gusta y lo quedé mirando y chocaba con el poste y los árboles hasta que unos días yo pasé y el perro lo habían atropellado y dejé de mirar hacia atrás hasta que apareció otro perro y me volvió a pasar lo mismo con el poste y los árboles hasta que me quedó un chichón y nunca volví a mirar hacia atrás a los perros y seguía metiéndome a las pozas de agua y saltar en el barro y siempre mi mamá me retaba cuando llegaba a ir a buscar a mi hermana al colegio

¿El computador nos está deshumanizando?

Ocurrió en Rucamábhida, mi amado pueblo de fantasía. Reunión familiar vespertina, un trozo de asado por medio. De doce asistentes ocho son profesionales de la salud, tres con cartón de universidad y cinco que, de acuerdo con la correcta etimología, copio del diccionario: Profesar es ejercer alguna ciencia, arte, oficio, etc.//Profesión Empleo, oficio, o facultad que cada uno tiene y desempeña públicamente. Repetimos, etimológicamente son profesionales todos cuantos desempeñen un empleo, arte u oficio, quien desee establecer diferencias podrá hacerlo mencionando “profesionales universitarios”
Era de esperar que tratándose de personas con gran vocación por la salud, muy pronto se instalara como tema de conversación el hospital, también muy pronto se analizaran las ventajas del computador: “Ya nadie entra al pabellón, clínica o laboratorio con lápiz” “Quien no maneje el computador con seguridad y eficiencia queda estancado, no tiene porvenir” Después de algunos minutos en que no hubo ninguna mención contraria a este moderno ídolo pregunté ¿y podría comentarse algún inconveniente, desventaja o problema originado por el computador? El coro de respuesta -¡No, no, no! fue vigoroso y horrorizado. Los sacudones de cabeza podían interpretarse como ¿De dónde habrá salido este viejo tan despistado? Miren que buscarle tachas a esa máquina maravillosa.
Contrito, apesadumbrado, intenté exponer que como enfermo sentía que la relación médico-paciente estaba perdida, que el médico miraba alternativamente pantalla, teclado y pantalla y el enfermo en vez de mirar la cara y los ojos de “su” médico sólo le veía un costado de la cara y toda la oreja izquierda. Preguntas rápidas y concisas, más tecleo. Ni soñar con la oportunidad de preguntar acerca de tantas dudas que uno tiene como paciente, ¿por qué me duele en la mañana y no en la tarde? ¿por qué ahora que estoy viejo no puedo atarme los cordones de los zapatos? ¿por qué … por que…? El computador y su experto digitador simplemente no crean el clima de confianza que el enfermo necesita para dejar caer aún cuando sólo fuera un parcito de por que.
No tuve oportunidad de entregar ni la décima parte de mis argumentos y fui tapado, más que tapado sepultado por un alud de ventajas del computador. Que las malas letras de los médicos y las peores de los funcionarios. Que los errores de fichas. Que la rapidez para entregar y encontrar la información, y sigue y sigue.
Fui silenciado, vencido. Los victoriosos nunca pensaron que derrotarme carecía de sentido, mis palabras interpretaban a muchos adultos mayores que a través de años sufren, dando al vocablo sufrir la acepción justa, la desconexión con el médico.
Con pena, con mucha pena grande y justificada, ya que reconozco en todos ellos un innegable entusiasmo por lo que hacen, comprobé la falta de empatía, el colocarse por un instante en el lugar del enfermo. Si se trabaja en y con la salud del prójimo la empatía debería estar en la formación de los profesionales con y sin cartón.
Ya que estamos en esto relataré la experiencia de mi amigo Luis.
Una dolencia de varios días, como su caminar lo había llevado cerca del Consultorio se dijo –puedo pasa a pedir hora para mañana. Se acerca a la ventanilla expone su petición y la funcionaria, previo tecleo, dice –Don Luis, tengo hora para inmediato si usted quiere aprovecharla.
-Desde luego, señorita.
-Con este papel vaya a la oficina doble cero donde le tomaran la presión y su peso y después con el mismo papel espere frente a la oficina tres cero donde lo llamará el médico.
No lo llamó el médico, una paciente que salió de la oficina le dijo: -Si está esperando al doctor, pase.
El médico, .Tome asiento, le recibe el papel, rápido tecleo, siempre mirando la pantalla –Don Roberto su presión está perfecta y su peso, hum, bueno también.
Don Luis se extraña por el cambio de nombre pero lo deja pasar.
Y. dígame don Roberto que lo trae por acá.
El error estaba poniéndose pesado. –Me llamo Luis, doctor.
El médico mira el papel que le fue entregado, varios tecleos y, siempre con la vista en la pantalla, aclara, usted viene de reemplazo. Era otra la persona que tenía esta hora. Nuevos tecleos y ¿Dígame don Luis que lo trae por acá? Escuchada la explicación el médico retira la vista de la pantalla se levanta y camina rápido y ágilmente donde su enfermo de turno, una palpada , vuelta al computador y mientras teclea da indicaciones: -en la farmacia, donde antes se echaban las recetas deje su carné o algún documento que tenga su nombre, va tomar tales comprimidos de tal forma y estos otros de esta manera, ¿Está claro Don Luis?
Don Luis retiro los medicamentos, los arrojó en el basurero, a la salida del Consultorio y caminó a una dirección que un vecino le había proporcionado para una “medicina alternativa” donde lo escucharon, conversaron, explicaron, el computador estaba en una mesita vecina y no fue tocado. Podemos tener todas las dudas que se nos antojen respecto a la calidad científica de la “alternativa” y además las dudas que usted quiera acerca de las ventajas de los medicamentos y procedimientos indicados. Don Luis contó que salió con una clara sensación de alivio en su malestar.
Todos los viejos podemos asegurar, bajo juramento, que nadie habría pensado en la posibilidad de demandar a un médico, la medicina era un apostolado, no una profesión lucrativa. Hubo un programa radial que duró más de un año, llamado “Gracias Doctor” Si mis recuerdos son fieles el locutor era un señor llamado Adolfo Yankelevic.
Ahora el médico puede preguntarse concada paciente que tiene al frente –¿Me irá a demandar por negligencia?.
Están en la picota el hospital Regional de Talca y el Félix Bulnes de Santiago. En ambos casos se habla de desórdenes. ¿Ocurrirán por confiar demasiado en los “ordenadores”.
En el comienzo de este relato dije que fui vencido por un alud de argumentos de entre los que rescaté “Los médicos trabajan apremiados por el tiempo, reglamentariamente disponen de quince minutos para cada paciente pero frecuentemente en vez de cuatro por hora les entregan hasta ocho y si no los atienden porque debido a las características de una consulta emplearon mucho tiempo en un enfermo, son mal calificados. Confío en que se haya tratado de un argumento dicho para derrotarme de manera absoluta y no sea cierto que si un médico lucha largamente para establecer un diagnóstico difícil es mal calificado. Los viejos conocimos tiempos en que se recurría a “una Junta de Médicos” en los casos necesarios. Que el médico demore en su búsqueda de la verdad es encomiable. Si hay una regla que les exige que actúen como si descargaran sandías de un camión esa regla nos está tratando a nosotros como sandías.
En mi cabeza suena insistentemente -¡Hay que exculpar a los computadores, los errores son fallas humanas! De malas ganas debo aceptar.
Busco culpables y los encuentros. Son responsables las súper mentes que han creado una máquina siglos antes de cuando correspondería. Como imperfectos humanos hemos evolucionado hacia los siete pecados capitales agregándoles otros cuantos más. Ellos, las súper mentes, crearon una nave transespacial capaz de viajar por todas las estrellas de todas las galaxias cuando los humanos, en gran mayoría, sólo estamos capacitados para usar las piernas, unos pocos serían merecedores de viajar en carreta y los realmente, sabios, científicos e idealistas merecerían la bicicleta o el triciclo.

Ingenio de Bubo

Una mañana, el marido vuelve a su cabaña después de varias horas de pesca y decide dormir una siesta. Aunque no conoce bien el lago, la mujer decide salir en la lancha. Se mete lago adentro, ancla y lee un libro.
Viene un Guardián en su lancha, se acerca a la mujer y dice : Buenos días, señora. ¿Qué está haciendo?
- Leyendo un libro- responde ella (pensando '¿No es obvio?')
-Está en zona restringida para pescar- le informa el.
- Disculpe, oficial, pero no estoy pescando, estoy leyendo.
-Si, pero tiene todo el equipo, por lo que veo, podría empezar en cualquier momento, tendré que llevarla y detenerla.
- Si hace eso, lo tendré que acusar de abuso sexual- dice la mujer...
-Pero ni siquiera la toqué !!! - dice el guarda. - Es cierto, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento.
-Disculpe, que tenga un buen día, señora, y se fue.....
MORALEJA: Nunca discutas con una mujer que lee.. Sabe pensar.

Cumplimos seis años.

¿Chocherías? cumple 6 años, su primer número fue publicado en septiembre del 2003, en 4 páginas y solamente para el club adulto mayor “Los Años Dorados” de la población San Pedro de Rancagua.
En aquella época usaba el computador sólo como máquina de escribir y para distribuir los textos en las cuatro páginas tamaño especial obtuve, con gran suerte, la inestimable ayuda de una jovencita estudiante de informática que se convirtió en coproductora de ¿Chocherías? y tomó una decisión que me atemorizó, elevando el número de páginas a doce. Diseña la portada, añade ilustraciones a mis textos, busca en Internet relatos emotivos o ejemplares que puedan interesar a los adultos mayores y agrega humor, con el seudónimo de Bubo. Muchas veces los lectores me han dicho -Lo primero que leo es el humor de Bubo. Sin Évelyn Arévalo Salgado ¿Chocherías? no se produciría.
El año 2006 María Acevedo Devia, una temeraria dirigente de los Adultos Mayores que se había propuesto unificar los clubes de A. M. de la provincia y hacerlos entrar en la legalidad jurídica obteniendo para su UCAM una personería ministerial, lo que consiguió con gran esfuerzo, vio en ¿Chocherías? un posible factor de interés y provecho para los lectores de la tercera edad y obtuvo de la Caja de Compensación “Los Héroes” un auspicio que permitió hacer llegar la revistita a todas las comunas de la provincia.
En Rancagua Rosita Córdoba Vidal se encarga de la distribución y junto con la entrega del ejemplar recoge opiniones, comentarios y críticas que permiten hacer de ¿Chocherías? una suerte de publicación en familia. La crónica Bosnia y Herzegovina fue petición de una lectora que deseaba leer con calma lo que en televisión, para ella, era muy rápido. Botones y Ojales satisfizo el deseo de otra que deseaba leer de algo que nos entroncara con el pasado. Tontín convenció a un par de adultas mayores a iniciarse en el uso del celular escribiendo medio en serio, medio en broma su propio inicio con tan moderno artefacto digital. Contamos con varios entusiastas colaboradores que nos aportaron temas de interés para el adulto mayor. Para nosotros los momentos cumbres han sido dos relatos que informan el actuar de adultas mayores excepcionales, las dos ancianas atabaskan publicadas en octubre y noviembre del año 2008 y la increíble hazaña de María Amelia López en el número inmediatamente anterior a éste.
El descubrimiento y agrupación de nueve señoras, de cuatro comunas de la provincia, con inquietudes literarias y que publicaron un libro, también con auspicio de la Caja de Compensación Los Héroes, fue otro gran motivo de orgullo para ¿Chocherías?
A fines del año 2007 en una campaña de promoción por la lectura entre los adultos mayores se consiguió interesar a varios socios y socias del Club Cardenal Silva Henríquez, de Codegua, a incursionar por la literatura y ¿Chocherías? en la edición de diciembre del año mencionado publicó siete colaboraciones interesantes, correctamente escritas y Alicia Aránguiz, de sesenta años, impacta relatando su entusiasta e infaltable asistencia a clases –a patita pelada.
En el año 2008, con la misma finalidad, se efectuó una visita al Club Las Cuatro Mercedes, del sector rural de Codegua y ¿Chocherías? en su edición de septiembre publica tres colaboraciones destacando la de Gloria Cornejo, analfabeta que dictó su celebrado y original aporte a una nietecita.
Cuando entregaba en mi club el primer número de ¿Chocherías? en el lejano septiembre del 2003 llegó a mi recuerdo las varias veces que había visto el primer número, acción, inauguración o presentación de algo que quedó sólo en eso, se mostró una vez y murió. Mentalmente me hice el propósito de llegar, por mucho que me costara, a un número determinado de ejemplares y sin saber de donde ni por que me apareció el número 33 y con esa meta continué, fuera como fuese tendría que llegar a 33 ediciones. Doblé la meta. Confieso cansancio. También son muchos los años que he vivido, Évelyn manifestó, hace ya bastante tiempo, que cuando esto ocurriera ella tomaría la antorcha. Ahora, con un trabajo exigente, casada y con una maternidad a corto plazo, ¿podrá?
Mi gran pena. Durante estos seis años, por mucho que intenté que otros clubes iniciaran su propia publicación mostrándoles tres hojas tamaño oficio, en blanco, dobladas por la mitad con el discurso: “Ustedes tienen capacidad de más para llenar estas sencillas hojitas con escritos” El Club Cardenal Silva Enríquez mostró firme disposición a iniciar su propia revistita y después alguna “mano negra y lengua mentirosa” los desanimó y perjudicó. Ellos debieran estar destacándose entre los clubes de la provincia con una publicación para la que tenían y tienen condiciones y capacidad.
Una espléndida noticia: Evelyn acepta continuar con la publicación de ¿Chocherías? Pido para ella la colaboración, apoyo y comprensión que me han brindado durante estos seis años. Gracias.

Frase del Mes

El silencio es un amigo que jamás traiciona

Almendro el bonsái. Autora Leslie.

Esta es la historia de un ganchito, llamado Almendro que soñaba, en convertirse algún día, en un gran árbol.
Transcurría la primavera y el empezaba a crecer, cada vez era mas gordito, fuerte y saludable, sus raíces crecían y crecían, como se expande el fuego por la pólvora.
Un día, que el se encontraba tomando sol, llego una persona, que resulto ser un verdadero entrometido, que hurgó en la tierra y reviso sus raíces, el se sintió completamente violentado, esta persona había resultado ser un invasor de su intimidad, pero para su sorpresa, eso no fue todo, el fue mas allá, ya que empezó a mutilar sus pies, Almendro mientras tanto, lloraba amargamente, ya que no creía ser merecedor de ese trato.
A medida que trascurría el tiempo, este trato se volvió cada vez mas habitual, llego a pensar Almendro, que era una especie de condena por haber cometido algún mal, botar demasiadas hojas o ser demasiado tragón de agua, cosas que el trataba de controlar, pero no podía evitarlo y aun así no creía ser merecedor de esto.
Lo que no se percató, sino cuando era demasiado tarde, fue que dejo de crecer y después de ser el ganchito más alto, paso a ser el mas bajito y robusto. Los demás arbolitos, lo molestaban, le decían que se había atrofiado y que cualquier día lo botarían, porque no servia como los demás, que ofrecían confortable sombra.
Lo que no sabían, los demás arbolitos, que ellos estaban destinados a ser leña, en cambio este pequeño ganchito, se había convertido en un hermoso bonsai , que era objeto de muchos elogios y orgullo de su dueño.
Ya habían transcurrido muchos años y el ya estaba robusto y adulto, y era conciente de su condición de ser un famoso bonsai, ya no quedaba ninguno de sus amigos, algunos había muerto en un crudo invierno y otros habían seguido su triste destino, que era convertirse en leña. Y a pesar de que ellos lo molestaban, eran lo mas parecido a lo que el conocía como familia, algunas tardes recordaba sus travesías de pequeño y reía en silencio, pero luego se daba cuenta que era el único que quedaba y eso lo entristecía.
Se aburrió de la fama, de los elogios, estaba aburrido ya de esta vida en soledad, por lo que quiso morir y a medida que paso el tiempo fue debilitándose y en unos días, ya estaba marchito. Su dueño al verlo así, quiso salvarlo, pero un especialista en bonsai, le dijo que no había nada que hacer, que el arbolito ya no quería vivir.
Llegó un punto, en que se puso tan feo, que su dueño lo saco de donde estaba y lo ubicó en un lugar más oculto, sin que los curiosos vieran el ocaso de la vida de este arbolito, ahí fue donde Almendro vivió sus últimos días, llenos de tranquilidad y de paz, de despertar con el ruido de los pajaritos al amanecer, hasta que llego el día, en que se quedó en un sueño, en que era un gran árbol y que le sonreía al sol.

Cosas de Rayados

- ¿Que le dijo el fósforo al cigarrillo? Por ti pierdo la cabeza...
- ¿Qué le dijo una iguana a otra? Somos iguanitas
- ¿Qué le dice el peldaño de abajo al peldaño de arriba? ¡Tu siempre por encima de los demás!