Fue sueño…o realidad.
Siempre se dijo que el nuevo siglo traería consigo acontecimientos extraordinarios, nunca lo creí, pero quizás fue algo parecido lo que me ocurrió.
El día que recibí mi título de abogado, partí a una fiesta que realizaban mis padrinos en la casa patronal. Al llegar, el baile ya había empezado. La música era suave y amena, todos bailaban y reían alegremente, cada cual con su pareja. Como estaba solo, me dirigí al fondo del salón, llamándome la atención el retrato de una mujer muy hermosa que en sus blancas manos tenía una rosa roja, quedé contemplándola por mucho tiempo-
De pronto, a mi lado aparece una dama hermosa, muy parecida a la del retrato me invita a bailar, aunque me explica, que hace años que no lo hace. Nos llevamos muy bien y bailamos varias piezas, ella era liviana como una pluma.
Al venir el alba, muchos se retiraron y entre ellos mi acompañante. Quedando solo, contemple nuevamente el cuadro de aquella mujer, observe que en sus manos ya no estaba la rosa roja, tanto fue mi asombro que me acerque a observarlo de cerca, mirándolo con detención repare en una inscripción al pie de la pintura … Rosa Maria Errázuriz fallecida a los 20 años de edad el 15 de septiembre de 180.
Quedé impactado, un frió intenso subió por mi espalda, tanto que tuve que dirigirme a un sillón, al sentarme descubrí la rosa roja que antes estaba en las manos blancas de la joven del retrato.
Pepe
<< Home