martes, mayo 04, 2004

La vida con otros ojos

Desde joven y durante toda mi vida laboral pensé en mi vejez e hice planes para ella, acerté en muy poco y erré en mucho por razones bien sencillas, cuando planeaba para mi vejez no tenía ninguna experiencia, nunca había sido viejo y tampoco podía prever los cambios increíbles en tantos aspectos de la vida cotidiana. Podemos presenciar los sucesos que están ocurriendo al otro lado del mundo, los buenos como las olimpiadas y los malos como bombardeos de ciudades, asistimos a conciertos y a exposiciones de arte y vemos la desnutrición extrema de los seres humanos en extensas regiones del mundo.
Así los planes parecen egoístas, pequeños, insuficientes y tengo que hacer un esfuerzo y recordarme que la primera obligación de todo ser humano es cuidar de si mismo tanto como sea capaz y evitar que los demás estén pendientes de uno y si cuido de mi entre tantas otras cosas está en los primeros lugares la actividad física y haciendo un esfuerzo me recuerdo que la obligación primordial de todo ser humano es cuidar de si mismo.