UN VASO DE LECHE - Relato de Guillermo Hernández. Tomado de Internet por Bubo
Un día un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios universitarios, encontró que solo le quedaba una moneda de diez centavos, y tenía hambre.
Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios le traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió un vaso de agua.
Ella pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche.
El lo bebió despacio, y entonces preguntó:-¿Cuánto le debo?-
No me debes nada –contestó ella. –Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad.-
El le dijo… -entonces te lo agradezco de todo corazón…-
Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no solo se sintió más fuerte, sino que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte El había estado listo a rendirse y dejar todo.
Años después esa mujer enfermó gravemente.
Los doctores locales estaban confundidos. Finalmente la enviaron a la gran ciudad. Llamaron al Dr. Howard Kelly para consultarlo. Cuando éste oyó el nombre del pueblo de donde venía la paciente, una extraña luz llenó sus ojos. Inmediatamente el Dr. Kelly subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con bata de doctor entró a verla. La reconoció en seguida. Regresó al cuarto de observación determinado a hacer lo mejor posible para salvar su vida. Desde ese día prestó la mejor atención a este caso.
Después de una larga lucha, ella ganó la batalla…! Estaba totalmente recuperada…¡
Como ya la paciente estaba sana y salva el Dr. Kelly pidió a la oficina de administración la factura total de los gastos para aprobarla. El la revisó y firmó. Además escribió algo en el borde de la factura y la envió al cuarto de la paciente.
La cuenta llegó al cuarto de la paciente, pero ella temía abrirla porque sabía que le tomaría el resto de su vida para poder pagar todos los gastos.
Finalmente la abrió y algo llamó su atención: en el borde de la factura ella leyó estas palabras…
“Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche”
Firmado Dr. Howard Kelly. Lágrimas de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: “Gracias Dios porque tu amor se ha manifestado en las manos y los corazones humanos”
Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios le traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió un vaso de agua.
Ella pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche.
El lo bebió despacio, y entonces preguntó:-¿Cuánto le debo?-
No me debes nada –contestó ella. –Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad.-
El le dijo… -entonces te lo agradezco de todo corazón…-
Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no solo se sintió más fuerte, sino que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte El había estado listo a rendirse y dejar todo.
Años después esa mujer enfermó gravemente.
Los doctores locales estaban confundidos. Finalmente la enviaron a la gran ciudad. Llamaron al Dr. Howard Kelly para consultarlo. Cuando éste oyó el nombre del pueblo de donde venía la paciente, una extraña luz llenó sus ojos. Inmediatamente el Dr. Kelly subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con bata de doctor entró a verla. La reconoció en seguida. Regresó al cuarto de observación determinado a hacer lo mejor posible para salvar su vida. Desde ese día prestó la mejor atención a este caso.
Después de una larga lucha, ella ganó la batalla…! Estaba totalmente recuperada…¡
Como ya la paciente estaba sana y salva el Dr. Kelly pidió a la oficina de administración la factura total de los gastos para aprobarla. El la revisó y firmó. Además escribió algo en el borde de la factura y la envió al cuarto de la paciente.
La cuenta llegó al cuarto de la paciente, pero ella temía abrirla porque sabía que le tomaría el resto de su vida para poder pagar todos los gastos.
Finalmente la abrió y algo llamó su atención: en el borde de la factura ella leyó estas palabras…
“Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche”
Firmado Dr. Howard Kelly. Lágrimas de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: “Gracias Dios porque tu amor se ha manifestado en las manos y los corazones humanos”
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