Los Recuerdos y el Adulto Mayor
Esta vez conversamos los dos. Solamente usted y yo. Si, si, usted, yo y nadie más. Quizás esta es la primera vez que nos encontramos o la segunda y le extraña que me dirija a usted tan directamente, puede encontrarme atrevido; usando el dicho campesino: “Pasado “pa” la montura” Quiero que me atienda sin distraerse con otras conversaciones, que no esté poniendo media atención a lo que lee y media atención a la radio o tele.
Hay una razón, usted porta un tesoro que puede ser útil, muy útil a los demás, son los recuerdos de su larga vida, lo que ha cambiado y lo sigue igual; lo que aparece nuevo y lo que se perdió; traer a la memoria sus sueños de niño y de joven, cuales se realizaron.
Yo se, su vida fue matizada, realizaciones, frustraciones, esperanzas, desengaños, lealtades, deslealtades. Todo esto puede traernos un alud de historias interesantes y de ellas obtener provechosas conclusiones. Atrévase, cuénteselo a María Acevedo, con sus palabras, sencillamente, conversando. La forma escrita, casi digo literaria, la pone Chocherías. Si su historia no se publica no se desilusione, podemos estar corto de espacio, esperando un momento oportuno o completarla con otro recuerdo que ayude a redondear el tema. Si su historia no ha sido publicada le aseguramos que está guardada, no ha ido al canasto de los papeles inútiles. Las condiciones son que lo que nos cuente puede ser útil a los demás, que algún modo pueda desprenderse optimismo, positividad, enseñanzas.
No podemos aceptar, no corresponde, ataques o descalificaciones a personas o hechos controversiales. Chocherías lo quiere a usted y a todos sus lectores y por ello se esfuerza en brindar lo positivo, lo que al ser leído enseñe, sea “Buena honda”
Hay una razón, usted porta un tesoro que puede ser útil, muy útil a los demás, son los recuerdos de su larga vida, lo que ha cambiado y lo sigue igual; lo que aparece nuevo y lo que se perdió; traer a la memoria sus sueños de niño y de joven, cuales se realizaron.
Yo se, su vida fue matizada, realizaciones, frustraciones, esperanzas, desengaños, lealtades, deslealtades. Todo esto puede traernos un alud de historias interesantes y de ellas obtener provechosas conclusiones. Atrévase, cuénteselo a María Acevedo, con sus palabras, sencillamente, conversando. La forma escrita, casi digo literaria, la pone Chocherías. Si su historia no se publica no se desilusione, podemos estar corto de espacio, esperando un momento oportuno o completarla con otro recuerdo que ayude a redondear el tema. Si su historia no ha sido publicada le aseguramos que está guardada, no ha ido al canasto de los papeles inútiles. Las condiciones son que lo que nos cuente puede ser útil a los demás, que algún modo pueda desprenderse optimismo, positividad, enseñanzas.
No podemos aceptar, no corresponde, ataques o descalificaciones a personas o hechos controversiales. Chocherías lo quiere a usted y a todos sus lectores y por ello se esfuerza en brindar lo positivo, lo que al ser leído enseñe, sea “Buena honda”
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