Anécdota de Navidad – de la vida real
Era tradición familiar que 5 minutos antes de la media noche todos los niños y los no tan niños se fueran a esconder a la pieza del fondo, ahí esperaríamos la llegada del Viejito Pascuero.
Todos los años encerrados sin luz, escuchábamos las campanas y el trineo por la ventana, luego el timbre y posteriormente cuando nos avisaban que podíamos salir corríamos a ver los regalos.
Una Navidad, no recuerdo el año, Karla la más pequeña de la casa, se tenia propuesto conocer al Viejito Pascuero, así que apenas casi sonó el timbre salió corriendo a verlo, cuando llegó el ya se había ido.
Abrió la puerta y salió a la calle, no encontró nada y cuando se estaba poniendo a llorar desilusionada por no haber logrado su propósito, ve en un taxi a quien tanto quería conocer, su alegría fue inmensa.
El Viejito Pascuero bajó, le dio un abrazo a ella y a todos los niños que estaban ahí, después de desearnos Feliz Navidad siguió su camino.
Todos los años encerrados sin luz, escuchábamos las campanas y el trineo por la ventana, luego el timbre y posteriormente cuando nos avisaban que podíamos salir corríamos a ver los regalos.
Una Navidad, no recuerdo el año, Karla la más pequeña de la casa, se tenia propuesto conocer al Viejito Pascuero, así que apenas casi sonó el timbre salió corriendo a verlo, cuando llegó el ya se había ido.
Abrió la puerta y salió a la calle, no encontró nada y cuando se estaba poniendo a llorar desilusionada por no haber logrado su propósito, ve en un taxi a quien tanto quería conocer, su alegría fue inmensa.
El Viejito Pascuero bajó, le dio un abrazo a ella y a todos los niños que estaban ahí, después de desearnos Feliz Navidad siguió su camino.
Bubo
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