martes, noviembre 01, 2005

Que hacer frente al adulto mayor en días difíciles

Vergüenza ajena. Usamos esta expresión cuando sabemos de alguien o de algo que no debiera ser público, que debiera haber quedado oculto, ignorado porque posee facetas vergonzantes, sucias, asqueantes.
Chocherías no debe eludir el tema está realmente al servicio del Adulto Mayor y para preparar la mente del lector repetirá circunstancias publicadas. Los viejos, también repetimos, viejo opuesto a niño no es palabra que ofenda, denigre o degrade.
Los viejos sufrimos pérdidas que compensamos con auxilios externos: Visión–Lentes, Audición-Audífonos, Dentadura-Prótesis, Cabellera-Peluca, Daños del aparato locomotor-Bastón, Muletas, Andador, Silla de ruedas, Deterioros musculares o articulares-Fajas, Muñequeras, Rodilleras, Tobilleras, Disminución del control de los esfínteres anal y vesical-Pañales.
De este último punto el Adulto Mayor sólo habla en el interior de la consulta médica y, excepcionalmente, a alguna persona de mucha confianza de la que se espera una indicación cuerda y tenga absoluta seguridad en que su vergüenza no va a ser tema de chismes o inútiles expresiones de compasión.
Quien percibe que el tono muscular de sus esfínteres disminuye y le está causando problemas inconfesables experimenta disminución y pérdida de su autoestima y se decide por un aislamiento social.
Todas las pérdidas que afectan al adulto mayor son graduales y con diferentes velocidades de progresión en cada caso.
Los afectados por el tema en comento comienzan por tener dificultades para retener los gases intestinales y pueden accidentalmente producir ruidos o aromas poco gratos. Recuerde que se trata de un ser humano afectado por un problema causado por el paso de los años y que las burlas o los reproches suyos lo llevan a pensar que está sobrando en este mundo y para él ya no habrá “Calidad de Vida”

Tontín repite: “Van cachando como los Adultos Mayores somos iguales pero diferentes”.