martes, julio 03, 2007

Un Dirigente Destacado

Primer martes de la mayoría de los meses de los años 2003, 2004, 2005 y 2006. El club Adulto Mayor de San Pedro, Rancagua realiza su asamblea general ordinaria mensual y un socio gordito, bajo llega con alguna anticipación, elige una mesa pequeñita que ubica siempre en el mismo lugar, abre un libro de contabilidad, saca talonarios de recibos e inicia su labor de recaudación de las cuotas mensuales. Hombre de simpatía fácil siempre tiene a flor de labios un comentario oportuno o una respuesta cortés y agradable. Después de las cuentas del presidente dirigidas a informar de variados temas don Juan Arévalo Romero ofrece su cuenta de tesorería, las que invariablemente son aprobadas.
Sorpresivamente anuncia su retiro del club, aduce cansancio, sensación de que la salud no marcha bien y proyecta, para cuando se recupere, viajar, tiene una hija en España y un hijo en Perú. Aún careciendo de un motivo concreto percibimos una tristeza oculta en su alejamiento.
¿Quién es don Juan Arévalo Romero? Un chilenazo que hace 77 años nació en Portezuelo Durán, cercanías de Chillán. En sus juegos infantiles ocasionalmente se incluía un pequeñita bastante menor, María, quien al cumplir diecisiete años se convertiría en su esposa y ambos incrementarían la familia con Erica, Sebastián, Natalia, Angélica y Ringo Iván..
María nos dice: “Si Dios así lo .permite el próximo año celebraremos las Bodas de Oro”En la asamblea general ordinaria de “Los Años Dorados” realizada el martes 5 de junio los socios acordaron que el club envíe una carta a su ex tesorero agradeciéndole su desinteresada e intachable labor durante cuatro años y el sentimiento por su sorpresivo retiro. Se prefirió la carta a los tradicionales diplomas o los modernos galvanos porque se expresan en ella con mayor extensión los sentires y queda en los archivos del club una constancia escrita. Lo escrito es el sustento de la tradición y de la historia.