Bubo ve y escucha en la calle
Desde niña he creído que existen los ángeles de la guarda, que ellos son los encargados de nuestra protección, que tienen la misión de guiarnos y ayudarnos cuando tenemos una decisión que tomar y no sabemos por donde ir. No recuerdo el porque, pero siempre he creído que mi ángel es un perrito que me acompaña mientras camino.
Días atrás venia llegando tarde a casa y al bajarme del colectivo estaba sentado un perro de mediana estatura, color negro. Empecé a caminar y me empezó a seguir, fue a mi lado todo el rato. Al llegar a la casa espero sentado a que sacara las llaves y entrara. Una vez adentro me miro y se fue.
Dejo un poema que debía rezar cuando niña siempre antes de dormir
Ángel de mi guarda, dulce compañía,
No me desampares ni de noche ni de día,
Ni en la hora de mi muerte.
Amén
Días atrás venia llegando tarde a casa y al bajarme del colectivo estaba sentado un perro de mediana estatura, color negro. Empecé a caminar y me empezó a seguir, fue a mi lado todo el rato. Al llegar a la casa espero sentado a que sacara las llaves y entrara. Una vez adentro me miro y se fue.
Dejo un poema que debía rezar cuando niña siempre antes de dormir
Ángel de mi guarda, dulce compañía,
No me desampares ni de noche ni de día,
Ni en la hora de mi muerte.
Amén
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