martes, enero 02, 2007

El Esquilador.... Cardelina de los Ángeles

Voy a tener que acampar aquí esta noche dijo Juancho, había cabalgado todo el día, como lo hacía todos los años cuando llegaba el tiempo de esquila, era un maestro en la materia. Sacó la montura a su caballo, con unos fósforos encendió el fuego, colocó su choquero y preparó café; luego sacó sus mantas, las tendió bajo unas matas de boldo, se sentó y comió con mucho apetito, se fumó un cigarrillo y se dispuso a dormir, cansado como estaba se durmió de inmediato.
Juancho se encontró de repente ante un hermoso castillo ¿Quién vivirá aquí? Se preguntó. Voy a averiguarlo, vio una puerta y se dirigió hacia ella, estaba tratando de abrirla cuando sintió los gritos de auxilio de una niña, voy a ayudarla, se dijo Juancho pero algo lo detuvo, era un gran lagarto que le cerraba el paso, le salía fuego por sus narices y ojos. ¿Cómo lo hago? Este animal me va a comer, corrió, trepó a un muro y saltó al otro lado donde había un jardín muy hermoso, pero la niña seguía gritando y pidiendo ayuda, no podía saber donde se encontraba, de pronto la vio, estaba en el piso superior del castillo. Juancho trepó y liberó a la niña.
Un ruido lo despertó, eran otros esquiladores que también se dirigían a las faenas de esquila.
Restregó sus ojos medio dormido, aún quedaba noche pero ya había despertado, saludó a los recién llegados y los invitó al fuego que aún no se extinguía y éstos colocaron sus choqueros a calentar y hubo un buen desayuno con tortilla, queso y charqui.
Recién amanecía cuando Juancho ensilló su caballo se unió al grupo y emprendió viaje llevando en su pensamiento y corazón a la niña rescatada en sueños.