martes, julio 04, 2006

Aprendamos esta lección.

Tuve la oportunidad de presenciar un diálogo entre una pareja joven y un guardia del metro.
Este era un hombre maduro, con algunas canas. Yo me encontraba muy cerca de él cuando una pareja se acerca y sin más le pregunta de un modo un poco altanero como se hacía el cambio de línea.
A mi me impresionó la respuesta del guardia, le dijo: “Momento, muy buenos días, en que los puedo servir” y agregó “Yo no soy un robot, soy un ser humano”
Me impresionó esta breve lección de humanidad. Yo creo que en esta sociedad tan individualista y competitiva tenemos que volver a educarnos. Es impactante como manejamos en la calle, al ataque. Me llama la atención como a diferencia de lo que a mi me habían enseñado cuando yo era niño, en la universidad que dirijo a los jóvenes no se les ocurre cederme el paso en una puerta, no por ser el rector sino por ser más viejo. Cada uno va en su mundo y piensa poco en los demás.
Yo creo que no hay modo más humano que la delicadeza y hacer la vida más agradable a los demás. Es esa una forma sencilla de caridad cristiana que tiene aplicación cada día, al subir a la micro o al metro, al ceder mi asiento, a no sacar el mejor pedazo de pan para mí, al permitir que otro pase primero que yo por la puerta.
Yo le doy las gracias al guardia del metro.
Bubo, incansable en su búsqueda de temas que nos haga mejores adultos mayores nos obsequia estas palabras del padre Fernando Montes Rector de la Universidad Alberto Hurtado, dichas en el canal 13. Délas a conocer a familiares, vecinos y amigos. Hagamos nuestras las normas aconsejadas. Procurémonos un mundo mejor.