martes, abril 04, 2006

Continuación de Sucesos en Rucamabhida.

La primera vez que Florcita notificó a Festino “Mañana voy de paseo por todo el día con el club” éste no creyó que fuera a tener tal osadía. ¡Como, si a través de toda la vida se había hecho lo que él ordenaba! Al mediodía, hora de su solitario almuerzo, su mujer ¿Quién lo creería? se había ido de paseo con el club. ¡Esto si que estaba lindo! Mandándose sola y saliendo un día entero con el… se negaba a decir esa palabra que le parecía un antro de Satanás revolucionando a su mujer. Arrojó a la basura todos los preparados que su increíblemente rebelde y atrevida mujer le había dejado en el refrigerador, pateó puertas, al perro y le arrojó una botella de licor al gato. Al anochecer, antes que Florcita llegara se encerró en un dormitorio desocupado, podía perder el control si la tenía frente a si. Nuestra osada paseandera durmió sin marido por primera vez durante su vida matrimonial sin que mediara una razón de salud.
Pasaron varios días de silencio con la excepción de algunas órdenes mas ladradas que pronunciadas. Al octavo o noveno día del paseo, durante el silencioso y muy desagradable almuerzo se levantó, arrojó el contenido del plato a la basura, se acercó a Florcita reclamando por un supuesto defecto y le dio una fuerte palmada en la cabeza. Estos golpes los había recibido Florcita unas pocas veces a través de su vida. El golpe la hizo ver estrellitas brillantes y rayas zigzagueantes, le quedó un mareo que tardó en pasar.
Nuestra protagonista relató el suceso en el club, único lugar donde se atrevía a hacerlo, era su club, y tenían que saber las socias que el “aviso previo” no funcionaba ya que después sería golpeada.
Terminado el relato hubo un indignado estallido de furibundas expresiones y una vez calmado se escuchó la voz reposada de Fernanda que sugirió “Primero una oración y luego a buscar sensatamente como ayudar a Florcita y que actitud aconsejarle”
. Los acuerdos, oración por medio, no fueron nada pacíficos. Se adelantaría el paseo a “Aguas Tranquilas” Florcita actuaría exactamente igual a la vez anterior, un “aviso previo” y al paseo. Regresando mostrar confianza, seguridad y altivez. Si está amurrado y no te habla pon la radio con canciones que puedas entonar y cuando llegue el episodio de la palmada, al verlo arrojar la comida a la basura te paras y le adviertes con voz clara y firme “Si me tocas también te voy a golpear” y si se acerca, antes que te palmetee le lanzas un golpe a la cara con todas, todas tus fuerzas y pensando en que nosotras te estamos prestando las nuestras. Pega tan fuerte como puedas y te vas a la comisaría, queda tan cerca de tu casa, de pasada me avisas y dejaré cualquier cosa que esté haciendo para acompañarte.
Esta vez Festino no pudo esperar ocho o nueve días, al cuarto, después de arrojar la comida a la basura estrelló violentamente el plato en el suelo, dudó y retuvo un poco su avance al ver a Florcita de pie advirtiéndole, tal cual se había convenido en el club. Superado el momento de duda continuó con su propósito y cuando alzó la mano para pegar recibió un golpe en la cara que lo echó al suelo. De verdad las socias del club prestaron sus fuerzas y con muchas ganas.
En la comisaría escucharon, preguntaron, escribieron y la mandaron devuelta a casa acompañada por una pareja verdadera, el y ella carabineros. Lógicamente la carabinero tomó la palabra, constató la ausencia de lesiones por el golpe, lo hizo reconocer a Festino que estaba ofendido, humillado y avergonzado por su propia culpa al actuar guiado por erróneos conceptos de que es ser hombre y marido. A la indicación de que se disculpara aceptó hacerlo y convino en que su mujer perteneciera y participara en las actividades de “La Vejez Color Oro” Rehusó ingresar al club. Florcita podrá exhibir su entusiasmo por gozar la vida cada vez que el club le brinde oportunidad. Felisa no estará obligada a meterse al agua salada si no lo desea.