Lenguaje y ”Enchular”
Mi nieto Jorge forma parte de un equipo de personas encargadas de organizar, realizar y controlar una “cicletada”.
La palabra “cicletada” no está reconocida ni en el muy moderno diccionario Encarta 2005 y la búsqueda nos informa que no existen en castellano palabras que comiencen con las sílabas cicle… Por acuerdo tácito todos aceptamos que cicletada es un paseo de un grupo numeroso de personas montando bicicletas, sin fines de competencia. Esta que comentamos era de niños y jóvenes de ambos sexos, se estimó quinientos participantes, que previamente “enchularon” sus vehículos con flores, cintas de colores, globos, banderas o banderines, serpentinas y todo cuanto creó la entusiasta imaginación de los participantes. Su recorrido por las calles de Rancagua fue una incesante y alegre algarabía plena de cantos, risas y bromas. Los transeúntes participaron con aplausos y “tallas” a granel.
¿Chocherías? protesta por cambiar nuestro bello y biensonante verbo adornar por la dudosa creación lingüística que pareciera venir de chulo, sinónimo de rufián. Enchular. ¡Que fea palabra!
La vida del ser humano es movimiento. En los diversos campos de la ciencia el hombre investiga, descubre, crea. El intenso movimiento del hombre es físico y mental y el lenguaje, el modo más directo y preciso de comunicación participa de ese movimiento. Cada creación, descubrimiento, asociación, resultado del accionar del ser humano debe ser designado con una palabra para que realmente exista. Si usted crea algo nuevo debe designarlo con una voz, de otro modo, ¿Cómo lo comunica a los demás? Si los demás no lo conocen ¿Existe lo que usted ideó? Esta creación de palabras, desaparición de otras, modificaciones en los significados de algunas lleva a decir que el lenguaje es dinámico.
¿Justifica este dinamismo sustituir las voces adornar, acicalar, engalanar, ataviar, aderezar, emperifollar, pulir, asear por esa horrorosa palabreja que nos resistimos volver a escribir?
¿Justifica el movimiento incesante del hombre y de su lenguaje reemplazar nuestros vocablos españoles por extranjerismos cuando los nuestros expresan con igual o mayor claridad el mismo objeto, igual situación, circunstancia o idea?
¿Chocherías? aboga por cuidar que el dinamismo de los idiomas no afee ni empobrezca nuestro castellano y pide a los eruditos de nuestra lengua y a todos quienes la usan como herramienta de trabajo y medio de vida, periodistas, artistas de las tablas, escritores, comunicadores, profesores, que alcen una bandera con el lema “El Idioma Español es más Bello”
La palabra “cicletada” no está reconocida ni en el muy moderno diccionario Encarta 2005 y la búsqueda nos informa que no existen en castellano palabras que comiencen con las sílabas cicle… Por acuerdo tácito todos aceptamos que cicletada es un paseo de un grupo numeroso de personas montando bicicletas, sin fines de competencia. Esta que comentamos era de niños y jóvenes de ambos sexos, se estimó quinientos participantes, que previamente “enchularon” sus vehículos con flores, cintas de colores, globos, banderas o banderines, serpentinas y todo cuanto creó la entusiasta imaginación de los participantes. Su recorrido por las calles de Rancagua fue una incesante y alegre algarabía plena de cantos, risas y bromas. Los transeúntes participaron con aplausos y “tallas” a granel.
¿Chocherías? protesta por cambiar nuestro bello y biensonante verbo adornar por la dudosa creación lingüística que pareciera venir de chulo, sinónimo de rufián. Enchular. ¡Que fea palabra!
La vida del ser humano es movimiento. En los diversos campos de la ciencia el hombre investiga, descubre, crea. El intenso movimiento del hombre es físico y mental y el lenguaje, el modo más directo y preciso de comunicación participa de ese movimiento. Cada creación, descubrimiento, asociación, resultado del accionar del ser humano debe ser designado con una palabra para que realmente exista. Si usted crea algo nuevo debe designarlo con una voz, de otro modo, ¿Cómo lo comunica a los demás? Si los demás no lo conocen ¿Existe lo que usted ideó? Esta creación de palabras, desaparición de otras, modificaciones en los significados de algunas lleva a decir que el lenguaje es dinámico.
¿Justifica este dinamismo sustituir las voces adornar, acicalar, engalanar, ataviar, aderezar, emperifollar, pulir, asear por esa horrorosa palabreja que nos resistimos volver a escribir?
¿Justifica el movimiento incesante del hombre y de su lenguaje reemplazar nuestros vocablos españoles por extranjerismos cuando los nuestros expresan con igual o mayor claridad el mismo objeto, igual situación, circunstancia o idea?
¿Chocherías? aboga por cuidar que el dinamismo de los idiomas no afee ni empobrezca nuestro castellano y pide a los eruditos de nuestra lengua y a todos quienes la usan como herramienta de trabajo y medio de vida, periodistas, artistas de las tablas, escritores, comunicadores, profesores, que alcen una bandera con el lema “El Idioma Español es más Bello”
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