martes, febrero 07, 2006

Una advertencia oportuna

Visito el hogar para adultas mayores “El Sagrado Corazón” en la comuna de Ñuñoa, donde hay un grupito de lectoras de Chocherías. Recién llegado me aborda Olga por lo siguiente:
“Durante varios días debí acompañar a Flor María en consultas médicas, concurrencias a laboratorio por exámenes, radiografía, escáneres, más consultas y visitar farmacias tras un remedio difícil de encontrar” “Como la Florcita ya da pasos cortitos, lentos y tomada de mi brazo, instintivamente empecé a caminar como ella y, sin darme cuenta se me pegó esa manera de andar”
Afortunadamente entre mis amigas del hogar hay una que debiera estar de embajadora en alguno de los países con que Chile tiene problemas. Diplomáticamente me dijo:
Levanta las patas Olga, las estás arrastrando como si fueras vieja.
“La discreta insinuación me obligó a fijarme como hacía al andar y la verdad es que me había convertido en otra Flor María. Pedí a mi crítica acompañarme a dar una vuelta a la manzana para empezar a corregirme y conversamos acerca de lo importante que son las advertencias oportunas y como conviene establecer una autovigilancia sobre nosotras”
“Saludo a mis desconocidas amigas de tanta comuna cuyo nombre conozco por este boletín y les pido que conserven su andar firme y donairoso tanto como sea posible”
“A aquellas para las cuales llegó el tiempo de bastón o muleta no se amilanen, la vida es un misterio, el destino un enigma y el espíritu apoyo, consuelo y fortaleza.”