martes, agosto 02, 2005

Tontín expone: Veredas y Costumbres.

La de norte a sur mide 16,50 metros y la de poniente a oriente 21 metros. Chocho el Viejo escuchó una vez a un cardiólogo decirle a una cardiópata: estimada señora usted es portadora de una cardiopatía y la escoba le barre días de vida a su corazón. Para don Chocho escuchar tal aseveración y acomodarla en su propio beneficio fue todo uno. Sea usted juez y asigne razón o sinrazón a las siguientes afirmaciones que se hizo a si mismo y proclamó a quien pudo obligar a escucharle: “Mi cardias alguna vez tiene taqui, otras bradi y por último por ahí también arritmia, si empuño la escoba muero”
Dejó a mi cargo la exposición de sus argumentos.
1. La vida está primero, no barre veredas aunque reconoce que éstas deben estar limpias.
2. Don Carlos dice, con mucha razón, todas las veredas de Rancagua deben estar limpias y si no ayayaycito.
3. ¿Qué es realmente basura y que es producto de los procesos de la naturaleza?
4. La basura la arrojan los transeúntes, cáscaras de frutas o éstas a medio comer, o con sólo un par de mordidas, panes o restos de comida que arrojan con ostentación y desprecio algunos falsos mendicantes y aquí es justo establecer diferencias, están los realmente necesitados y los que exploran posibilidades de apropiarse de lo que los “giles” descuidamos. También son basura los envoltorios de plástico blandos o rígidos, papeles, cartulinas o cartones que contienen golosinas dulces, saladas o de sabor mezclado y que caminantes que usan más las mandíbulas que las piernas van arrojando con el cuidadoso sistema de que cada desperdicio quede a varios metros de cualquier otro y así la extensión adornada sea la mayor posible; además estos transeúntes evitan cuidadosamente ensuciar los basureros, si somos civilizados todos los tarros destinados a contener basura deben permanecer limpios y las porquerías adornar las veredas y calles. Si se hartaron de comer o faltan algunas cuadras para encontrar donde reaprovisionarse queda el recurso de revisar bolsillos, encontrar boletas y volantes de propaganda conservados para esta emergencia, la situación está salvada, continúan su caminata cumpliendo la misión de ensuciar veredas. Así nuestra ciudad es más bella y atractiva.
5. Los “adornos” de perros son realmente producto de procesos naturales pero tan desagradables y con riesgos para la salud humana, ocasionalmente pueden contagiar sus parásitos. Aquí la diferencia callejeros y con amos no tiene sentido. Los quiltros abandonados y arrojados a la calle y a los que se les hace salir “a hacer sus necesidades a otra parte” dejan los mismos “adornos” y “la otra parte” es muy a menudo la vereda de Chocho.
6. ¿Qué más hay en las veredas? Hojas de árboles y plantas. Y polvo. ¿O prefiere que diga tierra? Esto, definitivamente no es basura.
7. Establecida la diferencia Chocho el Viejo, usando una escoba de ramas metálicas, de esas para barrer los prados y una pala plástica; recoge pacientemente todo cuanto el clasificó como basura hasta colillas de cigarrillos y palitos de fósforos y echa todo al tarro basurero que está cercano. La vereda queda limpia pero no barrida. ¿Entiende?
8. Muy luego de terminada su misión pasa algún o alguna transeúnte cumpliendo a conciencia su cometido de ensuciar y el Viejo se hace un tiempecito y sale nuevamente a recoger. En los días (¡) buenos hace hasta seis salidas recolectoras.

Soluciones: Yo, Tontín siempre encuentro soluciones. Fáciles. Rápidas. Económicas. Prácticas. Realistas. Y si algo olvido póngalo usted y demos satisfacción a ”Tener una ciudad hermosa y ejemplarmente limpia”
a. Que las mamacitas y los papacitos dejen de enseñar a sus hijos que la basura debe arrojarse a las veredas.
b. Que los profesores y profesoras dejen de enseñar a sus alumnos que las veredas son el receptáculo apropiado para sus desechos.
c. Que los niños y jóvenes dejen de instruir, permitir y alentar a sus mayores a ensuciar las veredas, que les digan claramente: “Eso no se hace”
d. Que los alumnos básicos, medios y superiores adviertan a sus profesores que enseñar que las veredas son el basurero más cómodo y conveniente para una ciudad que en el fondo, parece que muy en el fondo, preferiría ser limpia, es inapropiado.
Se lee hoy…Se practica mañana…Rancagua limpísima pasado mañana. De nada…Tontín.

Nota sin importancia

En el momento de despedirse inician una advertencia a Tontín: “No todos los Padres ni todos los profesores….” Ya se, ya se interrumpe Tontín, agregando, tampoco todos los niños ni todos los jóvenes; hay algunos “ovejas negras” que nunca, nunca arrojan un desperdicio al suelo. También conocemos a algunos padres, profesores y mentores que descriteriadamente intentan enseñar que la limpieza es en definitiva orden, salud y belleza”