martes, junio 07, 2005

Vecino destacado en el día del Padre: René Jara Freire.

¿Chocherías? pretende que en este mes que incluye “El Día Del Padre” destaquemos a un socio de “Los Años Dorados” y casual y muy oportunamente nos informan que Jarita tiene una acción relevante que merece ser dada a conocer.
René Jara Freire, 72 años, nacido en Sewell, casado con Margarita Muñoz y progenitores de René y Paulina.
No exhibe títulos, maestrías o diplomados. Se inició como palanquero del ferrocarril privado de Braden Cooper Company que servía las necesidades de transporte de carga y pasajeros desde Rancagua al mineral El Teniente. Fue promovido a chofer de autocarril y le correspondió conducir a muchos pasajeros ilustres en el quehacer nacional, recuerda al candidato Salvador Allende, al rector de la Universidad de Chile, Juan Gómez Millas, a Lucho Gatica con Mapita Cortés, a la cantante Cecilia y a… “Esta memoria mía…” Sustituido el ferrocarril por la carretera se le dio el cargo y la responsabilidad de coordinar la movilización en buses.
Admirador y socio cooperador del Hogar de Cristo el año 1997 propuso a esta institución que lo nombrara, ad hororem, captador de socios y recaudador de los mismos. Fue designado para estas funciones y pasó a ser el único varón entre una legión de damas colaborando con el devenir económico del Hogar de Cristo regional. Reclutó una considerable cantidad de socios entre sus muchísimos amigos. Descubrió que el minero enfermo era proclive a la solidaridad con el desamparado y sus frecuentes visitas al hospital del mineral rindieron muchos frutos; estos nuevos colaboradores autorizaban un descuento directo de sus sueldos para ser entregado al Hogar de Cristo. Realizó una incansable campaña de captación de socios por toda Rancagua entre personas ajenas al mineral y esas contribuciones las recaudaba él cada mes. Visitaba, cobraba, en algunas oportunidades no encontraba al socio o recibía un aviso de postergación lo que significaba empleo de más tiempo y otro gasto de movilización, éste siempre fue de su cargo; se incluyó en su cartera un socio de la localidad de Rosario y la movilización de esa visita mensual también la costeó personalmente.
En “Cenas de Pan y Vino”, en la medialuna de Rancagua en distintas oportunidades su labor fue elogiada y agradecida por el capellán Renato Pobrete y por el capellán Agustín Moreira.
El año 2001 después de cuatro de eficaz labor se retiró por motivos personales y siente un justificado orgullo por la tarea que ideó, propuso y cumplió con reconocido éxito.
Le preguntamos si posee gran capacidad de reconocer caras y recordar nombres porque suponemos sean éstas condiciones inherentes a la misión que se confió a si mismo y nos llevamos una sorpresa: “No, no, me cuesta mucho, mucho recordar caras y nombres.” “He sido así desde joven y tan pronto capté el problema decidí que a toda persona que me miraba a la cara debía saludarla, darle la mano y demostrarle satisfacción por estar en contacto con ella” “En alguna rara ocasión una persona que no me había visto nunca mostraba sorpresa, me seguía la corriente y ya había conseguido otro amigo”
Todos quienes conocemos a Jarita sabemos de su don de gentes, simpatía y genuino interés por los demás.
En nuestra conversación hace un recuerdo de don Oscar, su padre, destacado personaje en Sewell. Fue fundador del deportivo Independiente Mina, del sindicato de empleados particulares Sewell y Minas y editaba un semanario llamado “Cumbres”. Jarita en su niñez era el encargado de su reparto a domicilio y de su voceo escaleras arriba y escaleras abajo. Este trabajo no fue “ad honorem”Y la anécdota: “Mi padre, aficionado a la buena mesa bien regada en su editoriales de “Cumbres” con bastante frecuencia fustigaba el alcoholismo” Un poco de divorcio entre Predica y Practica.