martes, mayo 03, 2005

Extrayendo optimismo del dolor.

El 7 de febrero entró un carro fúnebre al Hospital Regional. Conducía los restos mortales del doctor Carlos Hermosilla Contreras. En el Helipuerto lo esperaban las ambulancias haciendo sonar sus sirenas cuyo ulular esta vez no exigía imperiosamente paso libre sino comunicaba su pesarosa despedida al amigo, médico, director de servicio y patriarca de oftalmología. Autoridades del hospital lo despidieron destacando su accionar médico y humano de tantos años. Estuvo presente todo el personal que pudo suspender sus labores sin riesgos para los enfermos y se vio muchas caras mojadas por las lágrimas.
Finalizada la conmovedora ceremonia la carroza continuó su viaje a la sepultura de un ser humano excepcional y el personal volvió a sus tareas enjugando lágrimas, guardando recuerdos y atesorando emociones.
El 15 de marzo desde la capilla de la población San Pedro, después de misa fúnebre con escolta de carabineros, salió en dirección al cementerio Parque Jardín Las Flores el cortejo fúnebre que conducía los restos mortales de Gualberto Jerez Jara, ex suboficial de Carabineros.
La caravana de automóviles fue guiada y protegida por motociclistas de la Institución, en la entrada del camposanto el féretro transportado a un carro manual, la gorra de servicio de Gualberto y un estandarte institucional proclamaban los estrechos vínculos hombre-institución., una escolta de carabineros unida a los acongojados familiares, los responsos de un sacerdote, el discurso protocolar de la institución, la despedida del círculo de suboficiales, el agradecimiento de la familia y una salva de fusilería finalizaron un acto que mojó con lágrimas multitud de rostros.
Un pueblo que tiene entre sus integrantes seres que lloran a sus muertos y crean instituciones fieles a su pasado, reconocen esfuerzos y trascendental dedicación de los que se van es un pueblo que puede esperar mucho bien de si mismo y de su futuro.