martes, noviembre 02, 2004

El código de amor de las flores

El lenguaje de las flores tiene su origen en los amantes victorianos, que debían ocultar sus sentimientos y sus actos amorosos debido a las costumbres sociales. Cuando era necesario dar un mensaje a una dama, se le regalaba la flor específica. Ella daba la respuesta contestando con un "si" si la recibía con la mano derecha, y con un "no" si la cojía con la izquierda.
También se podían leer los mensajes prestando atención al lugar donde la muchacha llevaba prendida la flor. Si la tenia en el cabello advertía a su enamorado que tuviese cuidado, si la llevaba en el corazón le anunciaba que su amor podía hacerse público.
  • El color de las flores hace que una misma especie tenga diferentes significados. Mientras que un tulipán rojo habla de un corazón ardiente, uno amarillo quiere decir que el amor se terminó.
  • Una margarita pequeña anuncia "comparto tus sentimientos", y una más grande es una señal de estima. Por otro lado, una margarita silvestre dice: "pensaré en lo que has dicho"
  • Otra flor importante es el crisantemo, uno rojo simboliza el amor verdadero, el amarillo expresa estoy ofendido con tus modales y el blanco pide una respuesta sincera. Una leyenda china asegura que si alguien lleva un crisantemo a la mesa y lo utiliza para limpiarse los labios después de haber bebido vino, al darle la flor a su amante, asegura su amor eterno y su fidelidad.
  • Las azucenas son el símbolo de la pureza de la mujer, de su virginidad, y al regalarla a una mujer, se le esta diciendo que es amada y respetada.
  • Algunas historias trágicas dieron origen al significado de ciertas flores. Por ejemplo, esto ocurre con el acanto, que al parecer era la flor favorita de Helena de Troya, quien la usaba como adorno para sus vestidos. Se dice que en el siglo V A.C. una joven griega murió antes de casarse. Su nodriza puso al lado a su tumba una cesta con su vestido de novia sin estrenar y su ramo, cubriéndolo con una piedra. En la primavera siguiente, aparecieron hojas de acanto que había crecido alrededor del cesto y llegaron a la altura de la piedra. El escultor griego Calímaco inmortalizó esta escena en las columnas de Corinto y a partir de allí fue del mal augurio regalar esa flor.
  • Los claveles rojos son otra flor con historia. Se decía que crecían en las tumbas de los enamorados y querían decir aquí esta mi pobre corazón. Los claveles jaspeados indicaban que el pretendiente era rechazado y los amarillos expresaban desdén. Más tarde los claveles se convirtieron en el símbolo cristiano del noviazgo, amor eterno y matrimonio. Los victorianos lo regalaban como el cimiento de amor.

Este articulo continuará en el próximo boletín no se lo pierda…