martes, noviembre 04, 2008

Evitemos el machismo. Autora Coyita.

Conocí a Lucrecia el año 1970. Casada, cuatro hijos con edades entre los cuatro y los nueve años. Dos hombres y dos mujeres. Lucrecia es una mujer esforzada y luchadora. Educa a sus cuatro hijos por igual, deben cumplir sus deberes del colegio pero además aprender las reglas de la casa; cada uno por semana deberá realizar las labores diarias, como el aseo y aprender a cocinar.
Al hijo mayor, Juan, le da vergüenza barrer el patio porque la vecina se ríe de él diciéndole que es trabajo de mujeres. Lucrecia tuvo que conversar con la vecina y pedirle que respetara su manera de enseñar a sus hijos. Así es como Juan, Pedro, Alicia y Sofía crecieron aprendiendo como defenderse en la vida, realizando cada tarea doméstica: lavar, planchar, coser, cocinar, mantener limpio cada espacio del hogar.
Ahora que son mayores agradecen a su madre el haberlos criado con esta enseñanza donde no hay diferencias entre hombre y mujer.
Estos hijos tienen sus propios hogares donde ponen en práctica lo que aprendieron en la infancia.
Creo que si hubiera más Lucrecias no habría tanto machismo. Con esta creencia le pedimos que relatara a ¿Chocherías? los modos y razones empleados en la crianza de sus hijos, acepta y comienza por asegurar.