George Sand.
Probablemente algunos chocherinos no han escuchado ni leído este nombre, otros dirán - es un escritor - y algunos pocos estarán en condiciones de informar: fue una mujer que escribió novelas con seudónimo masculino y se vistió como si lo fuera. ¿Por qué Chocherías eligió este tema?
El tema se preparó, originalmente, para el taller de “Chochas por la Literatura” En su formación ellas deben tener conocimiento de autores, luego se llegó a la conclusión que sería una novedosa lectura para todos los adultos mayores por las interesantes facetas humanas de este personaje. Con agrado recibiremos su opinión acerca de esta línea de publicaciones.
Como esta dama nació en 1804 fue la precursora absoluta en el uso de pantalones en la mujer, escribió muchas novelas, fumó, participó en política sustentando ideas socialistas. No sabemos de otra mujer que hiciera igual antes que ella.
La parte más importante de su vida transcurrió en Paris, la ciudad luz, donde se reunían las cumbres del intelecto europeo y el círculo de amistades de Amandine Aurora Lucille Dupin estaba integrado, entre otros, por el poeta Alfred de Musset, con quien tuvo un corto y tempestuoso romance, el novelista Honore de Balzac, el compositor húngaro Franz Liszt, el pintor Eugene Delacroix, el escritor Heinnrich Heine, Víctor Hugo, Honoré de Balzac, Julio Verne, Gustavo Flaubert, el pianista polaco Frederic Chopin del que se enamoró al conocerlo y llevó a Mallorca a pasar el invierno ya que se tenía por cierto que el sol invernal de ese lugar contribuía a curar la tuberculosis. Chopin falleció poco después por causa de esta enfermedad, en Paris, y George Sand quedó visiblemente herida por su muerte. Note que todos los personajes citados vivieron en el siglo antepasado y la música, pintura, poesía y novelas que ellos crearon aún están presentes en esta época. Como Amandine trascendió a nosotros con el varonil nombre de George Sand seguiremos usándolo en este relato e intentaremos hacerlo en forma más ordenada.
Fue hija ilegítima de un aristocrático oficial alemán y una joven francesa de clase media. La pomposa sociedad de aquella época condenaba acremente la existencia de hijos nacidos fuera del matrimonio y se recurría a una suerte de ocultamiento de ellos. La niñita que sería George Sand, extraordinariamente inteligente y con una vitalidad poco común, cayó en manos de su abuela paterna, residente en la región francesa de Nohant y descrita como mujer cariñosa, sabia e inteligente que se vio responsable de una pequeña gran torbellino casi imposible de conducir. Solución, internarla en las monjas y la llevó a un convento en Paris. Las monjas tuvieron tal éxito que la pequeña se sintió llamada al servicio de Dios y absoluta como era para todo extremó su conducta religiosa. La abuela consideró que era demasiado y la llevó de vuelta a Nohant.y para sacarla de su excesiva religiosidad y volverla al mundo terrenal la casó con el barón Dudevant, militar retirado y acaudalado terrateniente con quien tuvo los hijos Maurice y a Solange. Un día sorprendió a su esposo comunicándole que se iba a Paris, con los dos hijos, en busca de su realización personal.
Ya instalada en París el torbellino con nombre Amandine, separada baronesa de Dudevant, decidió vestirse de hombre, la mujer era de segunda categoría, sus preocupaciones en la vida, pensaba ella, eran la moda y el chismorreo. Muy pronto conoció y se hizo amante de Jules Sandeau, estudiante de leyes y escritor y publicaron “Rosa y Blanco” bajo el seudónimo de Jules Sand. Tras ese debut literario publicó “Indiana” considerado una acertada descripción acremente crítica de la época y ya la belleza en pantalones, con pipa en la boca estaba en el camino de la fama y el escándalo. El nombre de George Sand siguió apareciendo en libro tras libro poniéndose a nivel con todos los formidables escritores de la época. La fama del autor y la escandalosa reputación de la mujer fueron la sabrosa comidilla que ocupó cientos de horas en los comentarios de la bohemia parisina y muy pronto de la sociedad francesa Se hizo amante del poeta Alfred de Musset, vivieron una temporada, descrita por sus contemporáneos como muy tempestuosa, en Venecia Ambos dejaron su personal versión de esa etapa.
Su prolífica producción literaria trató extensa y profundamente los más variados temas: dulces amores, ácidas críticas a la alta sociedad francesa, exposiciones de la injusticia social y económica en el trato a la clase trabajadora. Pero el trabajo sin un amor no tenía sentido. Conoció al pianista polaco Frederic Chopin y como para la Sand su hombre era la razón de su existencia lo llevó a pasar un invierno al sol de Mallorca, ahí se curaría la tuberculosis del polaco. Algún tiempo después, habiendo vuelto a París, la Sand sepultó a su adorado polaco y, muy herida, regreso a Nohant, la tierra de su infancia y su matrimonio, cambió los pantalones por las faldas, siguió escribiendo ahora idilios burgueses y encantadoras descripciones de la campiña.
Dejó, además, algunos pensamientos dignos de conservar, entre otros:
“La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es reflejo del alma”
“Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado”
“Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que a veces se llora de alegría”
Falleció en Nohant en 1876. Sus libros viven para deleite y crecimiento nuestro.
El tema se preparó, originalmente, para el taller de “Chochas por la Literatura” En su formación ellas deben tener conocimiento de autores, luego se llegó a la conclusión que sería una novedosa lectura para todos los adultos mayores por las interesantes facetas humanas de este personaje. Con agrado recibiremos su opinión acerca de esta línea de publicaciones.
Como esta dama nació en 1804 fue la precursora absoluta en el uso de pantalones en la mujer, escribió muchas novelas, fumó, participó en política sustentando ideas socialistas. No sabemos de otra mujer que hiciera igual antes que ella.
La parte más importante de su vida transcurrió en Paris, la ciudad luz, donde se reunían las cumbres del intelecto europeo y el círculo de amistades de Amandine Aurora Lucille Dupin estaba integrado, entre otros, por el poeta Alfred de Musset, con quien tuvo un corto y tempestuoso romance, el novelista Honore de Balzac, el compositor húngaro Franz Liszt, el pintor Eugene Delacroix, el escritor Heinnrich Heine, Víctor Hugo, Honoré de Balzac, Julio Verne, Gustavo Flaubert, el pianista polaco Frederic Chopin del que se enamoró al conocerlo y llevó a Mallorca a pasar el invierno ya que se tenía por cierto que el sol invernal de ese lugar contribuía a curar la tuberculosis. Chopin falleció poco después por causa de esta enfermedad, en Paris, y George Sand quedó visiblemente herida por su muerte. Note que todos los personajes citados vivieron en el siglo antepasado y la música, pintura, poesía y novelas que ellos crearon aún están presentes en esta época. Como Amandine trascendió a nosotros con el varonil nombre de George Sand seguiremos usándolo en este relato e intentaremos hacerlo en forma más ordenada.
Fue hija ilegítima de un aristocrático oficial alemán y una joven francesa de clase media. La pomposa sociedad de aquella época condenaba acremente la existencia de hijos nacidos fuera del matrimonio y se recurría a una suerte de ocultamiento de ellos. La niñita que sería George Sand, extraordinariamente inteligente y con una vitalidad poco común, cayó en manos de su abuela paterna, residente en la región francesa de Nohant y descrita como mujer cariñosa, sabia e inteligente que se vio responsable de una pequeña gran torbellino casi imposible de conducir. Solución, internarla en las monjas y la llevó a un convento en Paris. Las monjas tuvieron tal éxito que la pequeña se sintió llamada al servicio de Dios y absoluta como era para todo extremó su conducta religiosa. La abuela consideró que era demasiado y la llevó de vuelta a Nohant.y para sacarla de su excesiva religiosidad y volverla al mundo terrenal la casó con el barón Dudevant, militar retirado y acaudalado terrateniente con quien tuvo los hijos Maurice y a Solange. Un día sorprendió a su esposo comunicándole que se iba a Paris, con los dos hijos, en busca de su realización personal.
Ya instalada en París el torbellino con nombre Amandine, separada baronesa de Dudevant, decidió vestirse de hombre, la mujer era de segunda categoría, sus preocupaciones en la vida, pensaba ella, eran la moda y el chismorreo. Muy pronto conoció y se hizo amante de Jules Sandeau, estudiante de leyes y escritor y publicaron “Rosa y Blanco” bajo el seudónimo de Jules Sand. Tras ese debut literario publicó “Indiana” considerado una acertada descripción acremente crítica de la época y ya la belleza en pantalones, con pipa en la boca estaba en el camino de la fama y el escándalo. El nombre de George Sand siguió apareciendo en libro tras libro poniéndose a nivel con todos los formidables escritores de la época. La fama del autor y la escandalosa reputación de la mujer fueron la sabrosa comidilla que ocupó cientos de horas en los comentarios de la bohemia parisina y muy pronto de la sociedad francesa Se hizo amante del poeta Alfred de Musset, vivieron una temporada, descrita por sus contemporáneos como muy tempestuosa, en Venecia Ambos dejaron su personal versión de esa etapa.
Su prolífica producción literaria trató extensa y profundamente los más variados temas: dulces amores, ácidas críticas a la alta sociedad francesa, exposiciones de la injusticia social y económica en el trato a la clase trabajadora. Pero el trabajo sin un amor no tenía sentido. Conoció al pianista polaco Frederic Chopin y como para la Sand su hombre era la razón de su existencia lo llevó a pasar un invierno al sol de Mallorca, ahí se curaría la tuberculosis del polaco. Algún tiempo después, habiendo vuelto a París, la Sand sepultó a su adorado polaco y, muy herida, regreso a Nohant, la tierra de su infancia y su matrimonio, cambió los pantalones por las faldas, siguió escribiendo ahora idilios burgueses y encantadoras descripciones de la campiña.
Dejó, además, algunos pensamientos dignos de conservar, entre otros:
“La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es reflejo del alma”
“Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado”
“Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que a veces se llora de alegría”
Falleció en Nohant en 1876. Sus libros viven para deleite y crecimiento nuestro.
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