Mi Regalo inolvidable
El día de mi cumpleaños
Mi abuelo me regaló
Una hermosa cabrita blanca
Que nieve la llamé yo
Todos los días subía el cerro
A romoniar el romero
En la tarde bajaba al valle
A beber en el estero
Mientras ella bebía
Sentada en una piedra
Yo la esperaba…
Ella con su hociquito mojado
Mi cabello acariciaba
Juntas volvíamos a casa
Y la guardaba en el corral
Protegiéndola del frío
O de cualquier animal
Una tarde la esperé
Hasta que anocheció
Mucho la llamé
Pero ella no regresó
Muy temprano al otro día
Al cerro la fui a buscar
Abuelito me decía
“Nieve no se marchó”
Se fue a otro valle a pastar
Ese otoño estuve enferma
Lloraba la noche entera
Abuelita me decía no llores
Nieve volverá al llegar la primavera
No fui más a esperarla
Porque el invierno llegó
Con el llegaron las lluvias
Y el estero creció
A comienzos de primavera
Una tarde bajé al estero
Y al beber agua en mis manos
Sentí el sabor a romero
Mi corazón se lleno de gozo
Al ver aquella maravilla
Nieve estaba bebiendo
En una poza de la orilla
Al verla comprendí
Porque se había alejado
Traía un hermoso retoño
Que caminaba a su lado
Llorando de alegría
Lo estreché entre mis brazos
Y juntas volvimos a casa
Con su bebé en mi regazo.
Cardelina de los Angeles - Coltauco
Mi abuelo me regaló
Una hermosa cabrita blanca
Que nieve la llamé yo
Todos los días subía el cerro
A romoniar el romero
En la tarde bajaba al valle
A beber en el estero
Mientras ella bebía
Sentada en una piedra
Yo la esperaba…
Ella con su hociquito mojado
Mi cabello acariciaba
Juntas volvíamos a casa
Y la guardaba en el corral
Protegiéndola del frío
O de cualquier animal
Una tarde la esperé
Hasta que anocheció
Mucho la llamé
Pero ella no regresó
Muy temprano al otro día
Al cerro la fui a buscar
Abuelito me decía
“Nieve no se marchó”
Se fue a otro valle a pastar
Ese otoño estuve enferma
Lloraba la noche entera
Abuelita me decía no llores
Nieve volverá al llegar la primavera
No fui más a esperarla
Porque el invierno llegó
Con el llegaron las lluvias
Y el estero creció
A comienzos de primavera
Una tarde bajé al estero
Y al beber agua en mis manos
Sentí el sabor a romero
Mi corazón se lleno de gozo
Al ver aquella maravilla
Nieve estaba bebiendo
En una poza de la orilla
Al verla comprendí
Porque se había alejado
Traía un hermoso retoño
Que caminaba a su lado
Llorando de alegría
Lo estreché entre mis brazos
Y juntas volvimos a casa
Con su bebé en mi regazo.
Cardelina de los Angeles - Coltauco
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