Gerontología
Difícil palabra. Significa el estudio de la ancianidad y los fenómenos que la producen. Es una ciencia que se ocupa en especial de aspectos sociales y de conducta del envejecimiento.
La edad. Indiscutiblemente debe acordarse una edad de inicio para fijar los límites dentro de los cuales moverse. En Chile la ley determina los sesenta años, en España y probablemente en todo el mundo occidental desarrollado la edad de partida es de sesenta y cinco años.
Como el tema se refiere a seres humanos y cada cual es único e irrepetible las generalidades y las diferencias hacen hermosamente complicado referirse con corrección a cualquier aspecto de él. ¿Hermosamente? Claro, si estamos buscando en un laberinto que será lo más conveniente para los viejos. ¡Ve! Sólo el uso de una palabra lo hizo arriscar la nariz o más que eso decir con ira “No sigo leyendo esta…” Bien querido amigo, discúlpeme, usé vejez en el sentido de opuesto a niñez. Nos confundimos porque el uso del lenguaje, dinámico, tan veloz como el pensamiento mismo, absolutamente generalizado a la vez que regionalizado, localizado y particularizado,- en el interior de mina “El Teniente” se usan términos a los que ahí se le añaden distinto significado,- nos lleva a creer que necesitamos alguna aclaración con respecto a las palabras, a lo que somos y a lo que sentimos que somos. Confundimos anciano con decrepito y por ello transcribo lo que de ambas dice el diccionario.
Decrépito. De edad muy avanzada y que tiene muy amenguadas sus potencias 2- Que ha llegado a su última decadencia.
Anciano. Dícese del hombre o la mujer de muchos años, y también de lo que es propio o natural de ellos.
Cada uno de los miembros del Sanedrín.
En los antiguos tiempos apostólicos, cualquiera de los que tenían a su cargo gobernar las iglesias.
En las órdenes militares cualquiera de los freires más antiguos de un convento.
Ya se. Ni diccionario en mano lo convencí, usted no se siente viejo. Yo tampoco, ¿Por qué será que en las micros a menudo me ceden un asiento?
La edad. Indiscutiblemente debe acordarse una edad de inicio para fijar los límites dentro de los cuales moverse. En Chile la ley determina los sesenta años, en España y probablemente en todo el mundo occidental desarrollado la edad de partida es de sesenta y cinco años.
Como el tema se refiere a seres humanos y cada cual es único e irrepetible las generalidades y las diferencias hacen hermosamente complicado referirse con corrección a cualquier aspecto de él. ¿Hermosamente? Claro, si estamos buscando en un laberinto que será lo más conveniente para los viejos. ¡Ve! Sólo el uso de una palabra lo hizo arriscar la nariz o más que eso decir con ira “No sigo leyendo esta…” Bien querido amigo, discúlpeme, usé vejez en el sentido de opuesto a niñez. Nos confundimos porque el uso del lenguaje, dinámico, tan veloz como el pensamiento mismo, absolutamente generalizado a la vez que regionalizado, localizado y particularizado,- en el interior de mina “El Teniente” se usan términos a los que ahí se le añaden distinto significado,- nos lleva a creer que necesitamos alguna aclaración con respecto a las palabras, a lo que somos y a lo que sentimos que somos. Confundimos anciano con decrepito y por ello transcribo lo que de ambas dice el diccionario.
Decrépito. De edad muy avanzada y que tiene muy amenguadas sus potencias 2- Que ha llegado a su última decadencia.
Anciano. Dícese del hombre o la mujer de muchos años, y también de lo que es propio o natural de ellos.
Cada uno de los miembros del Sanedrín.
En los antiguos tiempos apostólicos, cualquiera de los que tenían a su cargo gobernar las iglesias.
En las órdenes militares cualquiera de los freires más antiguos de un convento.
Ya se. Ni diccionario en mano lo convencí, usted no se siente viejo. Yo tampoco, ¿Por qué será que en las micros a menudo me ceden un asiento?
Gerontología continuará, tenemos más información…
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